domingo, 19 de mayo de 2013

Poema de buen amor

Escrito inspirado en el Libro de buen amor de Arcipreste de Hita


Poema de buen amor

Tan arriba yo volteo,
y ahí encuentro
al que de mi cetro
es todo mi dueño.



¡Oh, Señor nuestro!,
padre de todos los cielos,
sumo pontífice de los astros,
recibe con amor mis versos.



Escucha mis congojas,
escucha mis lamentos;
tú, dueño de los espacios
y de todos los tiempos.



Yo lloro en celda del corazón,
yo solo camino con tanto dolor;
no sé, Señor, si tú escuchas
todas las lágrimas y sus súplicas.



Pues yo tan sólo me pregunto:
¿cuál es el verdadero amor?;
¿ese que te doy yo?,

¿o ese que me hace sentir ardor?


Aquí en el mundo, Dios,
me dicen que amar al mismo
es sólo cosa de pecados;
pero si sintieras mis latidos,
¿tú creerías acaso los juicios?



No sé, Señor mío, yo simplemente amo,
pues, ¿qué hay de malo en amar?;
si tú amando nos perdonaste del mar,
y por amor tu hijo murió por nuestro pecar.



Todo es amor, Dios, en ti, todo;
la Madre Bendita así a Cristo concibió,
de siete gozos su vida llenó,
ejemplo al mundo dio.



Por eso yo sólo en tu verdad creo,
y, aunque Señor, en el Libro no esté
que el amor entre hombres
es todo natural y sin pecado;



por el contrario, yo sé escribir
que el buen amor es sentir,
tanto por ti verdadera devoción,
como por él un latido del corazón.




“Es mejor amar que la vida rehusar”

domingo, 12 de mayo de 2013


Idioma majestad
de ese imperio ya caído;
mas de mi imperio
nunca yo vencido.

Yo, que ahora sufro por ti,
que por primera vez
he sentido que estoy sin mí,
que tú eres de mi felicidad
todo el revés.

Tú, lengua de todos,
palabra de pocos;
de sólo aquellos
que tu interior deciden
de su función, buscar los modos.

Ahora he visto mi realidad:
que, aunque amo tanto
con lo que está escrito este poema,
me he visto tan vil engañado
de un amor, que aunque fuego sea,
es máscara fugaz del conocimiento.

Y ya me siento tan incapaz
de un pobre verso formar,
si es que no te conozco a ti,
idioma majestad.

Soy un joven poeta que ha llorado
por entender de preposiciones,
pronombres, artículos definidos
o indefinidos, según sea el caso.

Yo, que te he usado idioma
para cada una de mis obras,
mira cómo tú vienes con sintaxis,
con concordancia en sujeto
y todavía más de adjetivos; cuando
yo apenas y podría decir
que el sujeto es el que concuerda con el verbo.

Y no fueran las oraciones subordinadas
el terror de todos, sin mencionar las coordinadas;
adentradas ellas por un "que" o "y",
y que además las funciones adverbiales
yo tendría que analizar.

Gran temor letras, gran temor les tengo,
pues tan sólo con que mencionen: gramática,
yo pierdo el orden perfecto
de lo que era con ustedes mi vida.

Desearía por un día que no existiera
cada una de sus reglas, adiós funciones;
Doña Gramática, si yo pudiera saltarme
tus perífrasis, la voz pasiva, la activa,
el "se" que para nada sé,
¡tan feliz yo sería!

Pero no, tú seguirás siendo
tú con las mismas funciones;
yo tan sólo seré otro humano
que necesitó de ti para mi vida,
y así me iré, y tú siempre estarás.

Rehusarme no es la opción,
de ti dependo y por ti aún sueño;
y como le dije en versos
a ese que fue tu padre
y madre de tus palabras:
quiero tener tu conocimiento.

Español, lengua imponente;
en tus brazos estoy,
tú eres mi materna expresión.
Como madre no me olvides,
porque como hijo aún no te he dicho
que soy capaz de volver a amarte.