sábado, 31 de marzo de 2012

Por la literatura

-Sí, Bécquer perteneció al romanticismo español y destacó por sus rimas-


En nuestra clase de español nos habían dejado que por equipos de dos escogiéramos a cinco escritores mexicanos y cinco españoles que nos llamaran la atención, y después de eso, los expondríamos en clase.
La elección de compañeros había sido de forma sorteada. Yo tenía la esperanza de que me tocara con el chico que me gusta, sin embargo, me tocó con un chico a quien no le hablo mucho, esto por los rumores que dicen que yo le gusto, su nombre es Gabriel.


Fuimos entonces a la biblioteca Vasconcelos para hacer el trabajo, sinceramente, yo no era muy gustosa de la literatura, pero Gabriel parecía muy entusiasmado por el trabajo. Decidimos que él elegiría a los autores españoles y yo a los mexicanos.


-¿Cómo te gustaría hablar de los escritores que elijamos?-Me preguntó sonriéndome.


-Gabriel, ni siquiera hemos elegido a los autores, primero veamos eso ¿no?-Contesté muy seria.


-Sí, tienes razón-


-¿Qué te parece si vamos a buscar enciclopedias y libros que nos puedan ayudar en esto, y nos vemos aquí dentro de 15 minutos?-Le propuse, y sinceramente lo había hecho porque no quería pasar mucho tiempo con él.


-Está bien, entonces nos vemos en estas sillas en 15 minutos-Me sonrió y cada quien fuimos a buscar nuestros materiales.


En lo que recorríamos la biblioteca pensaba en decirle a Gabriel que mejor escogiéramos a los autores en nuestras casas y por internet armáramos la exposición. Esto lo pensaba porque no quería estar mucho tiempo a su lado, pero finalmente no quise hacerlo, porque él se veía muy emocionado.


Pasaron los 15 minutos y nos reencontramos con libros y enciclopedias. Entonces comenzó la elección de autores.


-¿Qué te parece si yo te dicto la vida de los autores que escojas y tú me dictas a los míos? Así terminaremos rápido-Le propuse.


-Bueno, yo escogí a Gustavo Adolfo Bécquer-Rápido me dijo.


-Bien, entonces dictame su vida-


Varios minutos estuvimos trabajando así y nos estábamos aburriendo, hasta que Gabriel dijo.


-Esto es muy aburrido, yo propongo que mejor elijamos un fragmento que nos llame la atención de una obra del autor que seleccionamos y eso lo leamos en clase-


-¿Y con su biografía qué hacemos?-Pregunté extrañada.


-Con lo que hemos leído de ellos ya sabremos qué decir-


-¡Claro! ¿y sabes qué?, podemos decir porqué escogimos ese fragmento de su obra-Le sonreí.


-¡Está perfecto!-


-Vamos entonces por las obras que nos llamen la atención de ellos, ¿me acompañas?-Preguntó algo tímido.


-Sí-Respondí amablemente.


Buscamos entonces las obras que nos llamaron la atención y regresamos al lugar de trabajo.


-Veamos ¿qué te parece si anotamos el nombre del autor, la obra que nos agradó y porqué nos gustó?-Saqué mi cuaderno mientras le decía.


-Muy bien, comienza tú-


-Bueno, yo elegí a Nezahualcóyotl con el poema "Poneos de pie"-


-Oh muy bien, que bueno que escogieras a un autor prehispánico. Bueno, yo escogí a Fernando de Rojas con su libro La Celestina, la enciclopedia decía que fue un libro muy importante en la Edad Media-


-Me gusta ese nombre de Celestina, ¿qué te parece si vamos escribiendo el porqué elegimos a ese autor y esa obra?-


-Bien-


Mientras escribíamos nuestras opiniones, volteaba a ver a Gabriel y lo empezaba a mirar de otra forma, notaba que era tierno con su cabello chino, me agradaban sus ojos grandes, cuando me compartía lo que pensaba su voz me agradaba tanto, era suave y bella, ¿¡pero qué demonios pensaba!?, yo sabía que él no me gustaba.


-¿Terminaste?-Le pregunté.


-Sí-


-Pasemos a nuestro siguiente escritor. Yo escogí a Sor Juana Inés de la Cruz con su poema titulado "Soneto humorístico a una rosa", me agradó tanto porque las rosas me gustan mucho-.


-Wow, ¿sabes que Sor Juana es de mis escritores favoritos?-.


-¿En serio?-


-Sí, me encanta la fuerza que posen sus poemas. Gracias por escogerla.


-No agradezcas Gabriel-Sonreí apenada.


-Yo escogí al poeta Luis de Góngora con un poema cuya primer línea dice "De la florida falda"-


-Suena bonito.-En ese momento iba a sacar mi celular de la bolsa, pero se me resbaló de las manos y cayó al suelo. Gabriel y yo al mismo tiempo nos agachamos para recogerlo y entonces nuestras manos se juntaron en la mesa por el movimiento de nuestros cuerpos. Regresé rápido a mi posición y él me entregó el teléfono.


-¡Muchas gracias!-Muy apenada le agradecí-Mejor escribamos lo que nos gustó del autor-Traté de cortar el momento tenso.


Cada vez se acrecentaba más la duda de su supuesto gusto por mí, pero no sabía porqué ahora le tomaba mayor importancia a ese chisme, el corazón me latía más rápido, y lo veía con mayor cariño. Los sentimientos empezaba a florecer en mi alma.


-Bueno, ahora dime tu otro autor-Me propuso.


-Seleccioné a Juan José Arreola y una narración que se llama "Los felinos", la escogí porque amo a esos animales-


-Nunca he leído algo de él-


-Pues a mí me gustó mucho-


-Que bien, bueno, voy yo-


-Espera Gabriel, hay algo que te quiero preguntar y que no soporto más tener la duda-Lo interrumpí.


-Dime-Contestó extrañado.


-Bueno, es que en la escuela hay unos rumores muy fuertes sobre ti, quisiera saber ahora si estos son ciertos. Gabriel, muchos dicen que yo a ti... yo a ti... bueno... ¡dicen que yo a ti te gusto!, ¿es verdad?.-Lo miré fijamente, como nunca lo había visto, ¿con mirada tierna, amorosa, doliente?, no sabía, pero yo sentía que lo miraba de otra manera.


Él sólo suspiró y recitó:


"Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...
¡Hoy creo en Dios!"


-Es de Gustavo Adolfo Bécquer-Dijo.


Quedé extrañada y respondí: -Pero eso no responde a mi pregunta.


-Si la responde, porque eso es lo que yo siento por ti.


Después de que me dijo eso, simplemente no supe qué decir, me dejó perpleja.
Entonces no lo pude evitar...¡Lo besé!, y lo besé con la misma pasión con que me había recitado aquel bello poema.





Interior de la biblioteca Vasconcelos. Distrito Federal, México.

domingo, 25 de marzo de 2012

La noche soy yo

Injurioso, inmortal, inhumano,
pero también sencillo, un poco frío
y todavía más cariñoso,
has de saber, ese soy yo.

La noche soy yo.
Deja entrar mi luz a tu cuarto;
pues soy el astro del amor
y tú la víctima que quiero yo.

Problemático y de orgullo indestructible,
odioso y tantas veces temido;
mas conocerme puedes
para con mi veneno, poderte atrapar.

De muchas palabras,
atento y detallista;
estarás pasmado de frío
por el corazón que sólo yo te puedo dar.

La noche soy yo.
Me quito la capa que cubre mi rostro,
ahora baila conmigo como con el mismo diablo,
que a Dios yo quiero retar.

Poderosos son mis labios,
que de gruesos y malditos
a tu inocencia de niño
podrán espantar.

La noche soy yo.
Me quito la capa que cubre mi rostro,
ahora baila conmigo como con el mismo diablo,
que a Dios yo quiero retar.

Me juzgan de vengativo,
loco que habla solo
y que al hielo yo controlo;
¿podrás creer todo eso que no describe mi amor?

Mejor toma mi mano,
puede que en su palma veas espinas,
pero en su intención no hay más que rosas,
y todas, te aseguro, serán para ti.


La noche soy yo.
Deja entrar mi luz a tu cuarto;
pues soy el astro del amor
y tú la víctima que quiero yo.


lunes, 19 de marzo de 2012

Un propio viaje

En la silueta se podía notar a un hombre que remaba una canoa tan tranquilamente, se veía en sus trazos una perfección sin igual.


Tiempo después, se veía una mazorca de maíz, de la cual se podían percibir sus granos sin necesidad de forzar la vista; tan tierno y fresco se veía... O creo que yo pensaba de más.


El viaje continuaba y yo seguía mirando discretamente; esta vez, un pato hermoso aparecía nadando entre las aguas. Era pequeño, frágil y con tanta pureza, ¡Dios que lindo era!; después de ver al pato, se apareció un perfil humano, era un hombre con paliacate, y en su semblante reflejaba la seguridad, ¡estaba tan bien representado!


Y esta maravilla seguía, yo me quedaba perplejo ante lo que veía; por ocasiones, no volteaba, pues no me quería ver chismoso, sin embargo, cuando volví a fijar la mirada en ese lugar, vi a una nopalera que se alzaba por sobre todo, y mostraba su esplendor. Esta era cautivadora y magnífica, me perdía en su armonía; ese color vivo, esa forma vegetal tan bella, y entonces me decía, "ya quiero ver el siguiente reto", volteaba a ver el mapa y las ganas de ver la siguiente figura me emocionaba.


Con una trompa tan imponente que parecía emitir un sonido, este ser tomaba forma, mostraba aquellos dientes tan feroces, símbolos perfectos de fuerza y tenacidad; esos que en un pasado tantos anhelaban poseer, ¡eran los mismos que su mano dibujaba!, era el mamut de la línea 4 del Metro.


Lo veía todo tan real y espectacular, era todo replicado por una mano, que pertenecía a una señora mayor de edad, ella terminaba bellamente cada silueta de las estaciones de aquella línea. Con tanta entrega hacía sus dibujos en una libreta, bien trazados e iluminados; ella no necesitaba música, juegos o cualquier otro medio de entretenimiento, ella con su amor y pasión creaba su propio viaje.



Línea 4 del Metro. Distrito Federal, México.









sábado, 17 de marzo de 2012

Paraíso con fin

Yo lo cuento por este medio. Que si bien no me crees o encuentras razón en él, no importa, pues lo que quiero es la decepción compartir:


El sol en montañas nevadas
toca y hace que el amor
vuele con alas doradas.
Tú ya bien has de saber todo esto.

El cielo es de un azul perfecto,
mágico y antes indómito;
hasta que claro,
llegaste tú para obtener esos puros vientos.

En los campos que allá se ven
se encuentran flores de tantos colores;
misteriosas, perfumadas y de hermosos tonos,
todas, sin excepción, son de tú colección.

Enamorado estas de aquel Judas,
del que su locus amenus
te provoca no saber por dónde empezar
a disfrutar su belleza sin igual.



Mas de ese esplendor tan natural,
su cuerpo, y con mayor razón, tu amor,
todos perecerán en superficialidad,
yo te lo vaticino, pues ya he pasado por ello.


Vive mientas puedas con ese otro.
Que el tiempo y sus tormentos 
alcancen su felicidad
y la hunda en el odio más rencoroso de todos.


Él despojará tú alma, y te llenará de espinas,
provocando que tú corazón se desangre,
y pronto lo llenará de veneno,
que estoy seguro, no sabrás soportar.


Yo mi mano te pudiera ofrecer,
y en su palma, la confianza y las letras
hubieras de encontrar fielmente;
sin embargo, decidiste el camino de la decepción cruzar.


Anda, vete ya con tu repugnante ser,
que yo en ti ya no más me fijaré;
pues si me fuiste indiferente tantas veces,
hoy, otra vez, sin descuido me tienes.

lunes, 12 de marzo de 2012

Ella me abraza sin tener piedad,
tal cual embustera, seduce mis ánimos,
y yo, sin energías, le entrego mi bondad.


A mí cruelmente me aprieta con sus manos,
indefenso, débil y lleno de tristeza
es como ella me tiene; pues disfruta al ver mis lamentos.


Y por otro lado, para otras personas actúa con pureza;
yo sólo pregunto ¿alguna vez ha sido de verdad buena?,
porque haciendo sentir mal, ella se ve tan gozosa.


Bien yo estando con esa persona
veo a otros conseguirse cosas finas como una pelliza,
y yo, sin embargo, muero por apenas tener una vida digna.


Hundido estoy, pues en su corazón habita la maldad.
No me deja ser libre, mientras que ella, está feliz con otros;
aunque me esfuerzo, me tiene a contra de mi voluntad.


Y vierte mi ánimo en deseos venenosos,
deshace mi esperanza,
pisotea, incluso, mis llantos dolorosos.


A la pobre de mi fortaleza
ella vence sin ninguna pena,
y acaba siempre con toda mi fuerza.


Es firme reina,
me aprieta, me hace llorar y se desliza
por toda mi vida, siendo la magna soberana.


Dios a veces no se acuerda de mi humildad,
a mí me tocó vivir en lamentos,
y con una vida de mediocridad.


Ella es culpable, lo saben todos.
Conmigo tiene firmeza
para acabar vilmente con mis latidos.


Es la pobreza
dama de frialdad llena,
es autora de mi flaqueza.


Pero de algo no tendrá satisfacción alguna,
y es de quitarme la pluma, fineza
y de esta poesía que sólo es mía.

sábado, 10 de marzo de 2012

La otra vida

¡Aviéntalo ya pendejo!, ¡Ahí viene la tira!- Un petardo es lanzado hacia la escuela, todos salen corriendo...


Él era porro de un Bachilleres, casi siempre iba al CETIS que está cerca de mi casa, para hacer lo que suelen hacer los de su grupo, a saber, aventar petardos, gritar porras o jugar pelota. Con sus amigos se comportaba diferente, mostraba su lado rebelde; sin embargo, esto a mí poco me importa, porque estoy muy enamorado de él, aunque fuera una relación muy complicada, por ser de hombre a hombre en un grupo de porros.
Pero era precisamente por esto último que yo amaba a Andrés, pues lo veía como al humano que amo, a ese hombre con el que estoy, no como al porro que suele ser.


Aunque por otro lado, yo ya le había pedido que abandonara ese grupo, pues me preocupaba que un día la policía lo agarrara por herir a una persona, o los porros del CETIS le fueran a hacer algo por andar haciendo desastres, pero, "Es mi vida chaparro, yo quiero seguir", era lo único que me respondía cuando le sugería lo antes dicho.


Evidentemente su grupo desconocía sobre lo nuestro, incluso, no sabían nada de la sexualidad de Andrés. Él cuando podía, aparentaba ser heterosexual, pero en el fondo, su gusto por mí perduraba; pues él no era como cualquier porro, ya que era muy tranquilo, escuchaba música de "todo" menos banda y reggaeton, aventaba petardos por diversión, no para lastimar (aunque ya le había dicho que eso también era una agresión).
Tampoco se creía el valiente cuando estaba con ellos, era muy precavido, de hecho, podría decir que era el más inteligente de todos.


Mis amigas por su puesto, decían que lo dejara, que era muy peligroso el estar a su lado, y otras opinaban que era algo valiente de mi parte estar con un porro. Yo simplemente me enamoraba más a cada segundo, por esa ternura que manifestaba cuando estábamos juntos, porque realmente sentía mi corazón latir por él.


Un día estábamos en casa solos, hablábamos de muchas cosas, y en un momento inesperado, Andrés me dijo:


-Quiero que sepas algo, sé que a ti no te agrada que me junte con los porros. Muchas personas nos ven mal, nos critican, y no los juzgo, la mayoría de ellos realmente no aportan nada, pero, si tan solo yo pudiera cambiar un poco la forma de pensar de todo ese grupo, que se volviera una verdadera forma de manifestar la inconformidad, yo...-


(Interrumpiendo a Andrés)-Amor, bien sabes que una persona no puede cambiar a un sector que tiene años de actuar de la misma manera. Sé que tú realmente buscarías otra ideología, y no te culpo, yo también así lo quisiera; sin embargo, si es tu decisión estar ahí, no puedo obligarte a lo contrario. Yo amo el hecho de que quieras ser diferente, y que no te guste hacer mal a la gente cuando estás con ellos, yo amo al Andrés que es igual de humano como todos-Respondí tomándolo del cuello y lo besé profundamente...


Al día siguiente, Andrés estaba afuera del CETIS al que acostumbra a ir, y como siempre, estaba con sus amigos porros.


-Wey, lanza este petardo hacia el edificio que está adentro de la escuela-Le dijo uno de los porros.


-Pero, no hay nadie adentro ¿verdad?-Preocupado responde Andrés.


-¿Lo vas a lanzar o no?-El sujeto saca una navaja y la pone en la espalda de Andrés, dando a entender que si no lo hacía se la enterraría.-¡Aviéntalo ya pendejo!, ¡Ahí viene la tira!


Andrés entonces toma el petardo, apunta hacia una de las ventanas del edificio, arroga el objeto lo más fuerte y este rompe el vidrio, entra al salón y estalla.
Tras esto se oyen gritos de espanto y desesperación, salen personas del salón, algunos con sangre, otros espantados, algunos se desmayan.


-¡No mames!, ¡Sí habían personas adentro!-Cuando voltea Andrés, el tipo le clava la navaja en un brazo y se va corriendo.
Andrés herido también huye de ahí, sin embargo, las patrullas ya lo siguen muy de cerca, él entra a la calle donde está mi casa y llega rápido.
Toca la puerta.


-¿¡Andrés!?, ¿¡qué te pasó en el brazo!?-Asustado dije.


-Amor, un tipo me amenazo para que aventara un petardo a un edificio del CETIS, lo hice y herí a varias personas con la explosión, ahora la policía me persigue.-


-¿¡Que hiciste qué!?, ¡Dios!, seguro te vieron entrar a la calle-Exaltado comenté- A ver, calma, debemos pensar cómo huir. El coche de papá está aquí, sólo hay que salir rápido y así te perderán la pista-Lo tomé de la mano y corrimos hasta donde estaba el auto.


-Perdóname chaparro, no quería meterte en esta situación-Me besó.


-Ya tranquilo, después hablaremos de esto-Respondí y subimos al carro.


Se estaban abriendo las puertas para salir de la casa, pero cuando ya íbamos a arrancar, vimos a muchos porros del CETIS que estaban justo enfrente de la calle.
Arrancamos y comenzaron a disparar al automóvil, estuvimos a punto de bajarnos, pero no lo hicimos, sin embargo, un balazo entró a una de las llantas, por lo que tuvimos que dejar el auto.


Andrés y yo corrimos lo más que pudimos, él me tomó del brazo para ir más rápido, pero en ese momento.


-¡Pinche puto!-Se oyó un disparo.


Andrés cayó al suelo y yo me detuve por el jaloneo de la caída, Me agaché a él.


-Amor por favor, no te mueras, por favor resiste un poco más-Cuando terminé de decir esto, similarmente a como las sensaciones del susto y el temor atraviesan el pecho, de esa misma forma sentí cómo un balazo se hundía lentamente en mi espalda. Caí entonces sobre Andrés.


-Corazón... Perdóname por no cuidarte bien-Decía yo con las últimas energías que me quedaban.


-Perdóname tú a mí Marco, ambos otra vida merecíamos...



Porros. México, Distrito Federal.

domingo, 4 de marzo de 2012

Bestia orgullosa,
brutales son tus palabras,
y sinceras son tus ideas,
pero casi nunca te das cuenta
que lastimas a muchas personas.


Silencioso espíritu,
maligno, siniestro y ufano.
Cuando te lo propones, tienes el talento
para hacer llorar a todo aquel que está a tu lado.


Titan de la literatura,
que con tu cetro todo el poder anhelas.
Competencia reside en tu corazón,
y la superación se combina con tu ardor.


Vate indómito, ¿qué te hace falta ya?
para que tu veneno no se esparza más;
ya sabes crear duda en la humanidad,
mas tu desearías ver a todos hacerte gran ritual.


A veces tu tranquilidad y sencillez
hacen anotarte tantos dones;
pero cuando el demonio hace su ruido,
entonces a todos vas odiando sin temor.


¡Yo te pido y ruego gemelo mío!
que por un momento abandones
el lado maldito que te cargas;
porque si lo habías desterrado en un pasado,
ahora ha regresado a ti con más coraje.


Hombre de las letras,
guardián de la Luna
y espadachín sin sensibilidad;
únete como la persona que a veces demuestras.


Y manifiesta
que hasta a ti mismo
te puedes derrocar,
dejando atrás tu pasado de crueldad.

sábado, 3 de marzo de 2012

La pieza restante

Primer semana.


Lo había visto desde ya hace bastante tiempo. Esos ojos, labios, orejas y su cuerpo en general, de todo era yo fiel admirador.
Él era vendedor en el Metro, pero no era cualquier vendedor, se notaba que era diferente, porque en vez de subir a los vagones a vender dulces, tocar música ruidosa o con esas bocinas tan molestosas; él se subía a vender las artesanías que hacía. Fueran estas collares, pulseras, aretes, todos eran realmente hermosos, y de vez en cuando leía un poema corto para después empezar a vender.


La gente lo veía con ojos extraños, algunos eran groseros con él, pero otros (como yo), le poníamos la atención merecida; sin embargo, yo hacía algo que no cualquiera hacia, pues le compraba a diario alguna de sus artesanías.
Pasaron muchas semanas para empezar a comprarle sus productos, y es que antes me daba mucha pena pedirle algo, ya que cada que se acercaba a una persona, ponía una cara tan tierna, que era imposible no hacerle gesto de simpatía.


En fin, no sabía si él ya se había dado cuenta de que a diario, cada que se subía a vender, yo le compraba algo. Apenas llevaba una semana haciéndolo, y sinceramente, esa era mi manera estratégica para acercarme a él.


Segunda semana.


Como era costumbre, cuando regresaba de la escuela, él se subía en la estación Misterios para empezar a vender, esto lo hacía al rededor de las 8:50 pm. Únicamente lo hacía a ese horario y de lunes a viernes, pues en los días en que yo regresaba más temprano de la escuela, él no se aparecía por esos rumbos.
Fuera de eso, creo que ya se había percatado que yo siempre le compraba, porque a cada que me veía se acercaba a mí como asegurando que le iba a pedir una de sus artesanías. Y en efecto, él estaba en lo correcto,  porque a cada que compraba una de sus creaciones, de inmediato llegaba a casa a ponerla con la demás colección, la cual la tenía ordenada desde el primero que le compré, hasta el último que había adquirido.


Tercer semana.


A menudo que este acto continuaba, me parecía que él  se extrañaba un poco más, porque a cada que le hacía el pedido, él me miraba raro, y notaba que a veces, tenía ganas de expresarme alguna duda, pero nunca lo hacía.
Uno de esos días en que la rutina seguía, sucedió algo que cambiaría la forma de verlo.
En el momento en que iba a pagar la artesanía, el metro se frenó muy fuerte, de manera que ambos resbalamos hacia la pared del vagón, y por esto, quedamos muy juntos, casi nos besábamos de lo tan pegados que estábamos. 
Él se alejó rápido y me devolvió mi cambio, así que no pude disfrutar mucho tiempo estar tan junto de su persona.


Cuarta semana.


Días después del incidente, la tensión entre los dos se ponía cada vez más fuerte, hasta que por fin, él me habló.


-Eres fiel a mí ¿verdad?-Dijo mientras sacaba del tubo de cartón la pulsera que le compraría.


-Es que cómo no ser fanático de las cosas que haces-Tomando el artefacto le mencioné.


-Gracias por apoyarme-Me sonrió tan bellamente.


Quinta semana.


Había pasado ya un mes desde que empezó a surgir toda esta historia de ese que hacía llamar "mi vendedor". Ahora a cada que se acercaba lo notaba con temor, pena, extrañeza ¡con tantas cosas!, no sabía qué pensaba él de mí.


El miércoles de esa misma semana yo regresaba cansado de la escuela, sólo esperaba a mi querido para que se subiera a vender y poder dormirme en el demás trayecto de regreso.
Y en efecto, así pasó, en Misterios él se subió al vagón, yo como siempre, pedía uno de sus objetos. Se acercó, tomé una de sus pulseras y... y... y esta vez de manera extraña, cuando le entregué el dinero, me guiñó de forma tierna y pura.
Quedé pasmado por eso que había pasado, se bajó del metro y yo, cerrando los ojos, no dejaba de pensar en ese acto que había hecho.
Entre pensamientos una y otra vez mi mente recordaba lo que había pasado, y cuando ya estaba en lo más profundo de un sueño, sentí una pequeña mano que tocaba mi rodilla. Era un niño que me pedía dinero de manera insistente, el niño no se veía mal vestido, ni mal alimentado, por lo que pensé que era hijo de alguna persona, pero nadie le llamaba la atención, así que realmente no era de nadie del vagón.
Como no me dejaba de molestar, saqué mi celular con dinero, y cuando le estiré mi mano para darle una moneda, ¡Me arrebató el celular y corrió hasta la puerta!, rápido me levanté y como ya habíamos llegado a la estación Terminal Aérea, abrieron las puertas del vagón, el chiquillo descendió rápido y yo iba tras él.


Corría muy rápido por el andén, le gritaba para que se detuviera, y en el momento en que lo hizo, me señaló a alguien. Cuando alcé la vista ¡Era mi vendedor con una flor en la mano!, la cual parecía, un obsequio para mí.


Se acercó a mí  y dijo:


-Creo que de todas las artesanías que tienes, hay una que aun no te he dado-En ese momento me entrego aquella rosa...







Estación Terminal Aérea. México, Distrito Federal.