Del fútbol en México
No
hace mucho tiempo que mi suma preocupación por la situación que actualmente
enfrenta el país me llevó a tener el interés de externar mi opinión con
respecto a un tema que interesa a todo el mundo, pero muy especialmente a los
mexicanos: el fútbol.
Desde ya muchos años dicho tema había
llamado mi atención por la pasión que el fútbol genera en el país, pero no
había tenido ni la oportunidad, ni la formación, ni el momento para lograr
plasmar mis ideas. Hoy por fin, aprovechándome de la situación que enfrente
dicho deporte en México, he creído conveniente escribir mi opinión, a prueba de
que sea aceptada o rechazada.
El fútbol, tema central de esta breve
opinión, es sin duda uno de los más grandes factores que siempre están
presentes en México. Su esencia misma, que es el ser un deporte más, es
adornada en nuestra nación con publicidad y sobrevaloración, y esto se puede
comprobar a partir de que el fútbol es el deporte más apoyado en todo nuestro
país, a comparación de otros deportes en donde también México brilla, como es
el tae kwon do, el box, la natación, y recientemente el basquetbol.
Así por tanto, el fútbol en su calidad de
mero deporte, no es eso para las grandes televisoras de México y para los miles
de aficionados, sino que es ni más ni menos el deporte por excelencia de la nación,
en donde se albergan grandes estrellas que al tiempo se convierten en nada
menos que ídolos. Personajes han estado y han partido de la Selección mexicana,
y tanto como su calidad como su recepción cambia conforme al tiempo. Una lista
enorme podría salir de aquellos jugadores que nos han representado, y puesto
que esa lista conllevaría mucho espacio de este comentario, a caso mencionaré a
los más representativos: Hugo Sánchez, Jorge Campos, Luis Hernández “El Matador”,
Cuauhtémoc Blanco, Rafael Márquez, Osvaldo Sánchez, Nery Castillo, Guillermo
Ochoa, Carlos Salcido, Giovani Dos Santos, Carlos Vela, Javier Hernández “Chicharito”,
y tantos otros que también han tenido protagonismo en el fútbol mexicano.
Todos estos personajes han participado, en
diferentes tiempos, en la selección mexicana; sin embargo, todos ellos no serían
nada si no hubieran debutado en ciertos clubes existentes en México, por lo que
evidentemente antes de estos jugadores, y aún más de la Selección mexicana en
su totalidad, convendría comentar en breves líneas no el origen y la historia
de los clubes de fútbol mexicano, sino más bien la función que desempeñan en su
conjunto.
A lo largo del tiempo han aparecido nuevos
clubes de fútbol, y muchos otros también han desaparecido, sin embargo pocos
son realmente los que generan gran gusto en México. Aunque actualmente hay un
total de aproximadamente 56 equipos de fútbol, los más populares son únicamente
los que han ganado campeonatos y que ahora pertenecen a la famosa Liga. Dichos
grupos son los siguientes: Querétaro, Chiapas, Pachuca, Santos, Veracruz,
Tigres, Morelia, León, Cruz Azul, Puebla, Pumas, Monterrey, Toluca, Atlas,
Atlante, Guadalajara, Cruz Azul, Chivas, Necaxa, América.
Muchos de los clubes antes mencionados han
tenido a sus jugadores estrellas que posteriormente partieron a la Selección
mexicana, por mencionar algunos: Hugo Sánchez de los Pumas, Cuauhtémoc Blanco
del América, Luis Hernández “El Matador” del Cruz Azul, Rafael Márquez del
Atlas, Guillermo Ochoa del América, Carlos Salcido del Guadalajara y Javier
Hernández “Chicharito” también del Guadalajara.
Se
puede notar por tanto que de la gran variedad de equipos de fútbol existentes
en México, han existido también variedad de jugadores destacados, y demeritar
sus logros sería acaso menospreciar lo que todo humano desea en el mundo, que
es el éxito; sin embargo, y como se ha especificado antes, la historia del
fútbol no es el tema a desarrollar en esta discusión, sino más bien el papel
que actualmente cumple dicho deporte en nuestra sociedad.
Es tiempo por tanto de iniciar el análisis
del tema, y ya puestos un tanto claros los clubes de fútbol existentes en
México, así como sus más destacados jugadores, para así poderse mencionar
algunos detalles de esos personajes sin que el lector se pierda, es oportuno
empezar, como se mencionó, con el efecto del fútbol mexicano a nivel nacional
antes de pasar al plano internacional, específicamente el papel que ha tenido la
Selección en los Mundiales de dicho deporte.
En todos los años el fútbol está presente
en nuestro país, mes con mes, y no se diga día con día, se puede observar en
toda la Ciudad, en los estados, a través de los medios de comunicación, una incesante
publicidad dedicada a este deporte. El número de torneos que se realizan en
cada año es impresionante, y no se diga el de los partidos; incluso a veces uno
mismo se llega a perder en qué campeonato se lleva a cabo en el momento en que se
ve un nuevo partido. Resulta interesante el efecto que ocasiona tal bombardeo
de publicidad y partidos llevados a cabo, pues cuando uno camina por las calles
de México podrá notar que en cada rincón hay alguna casa con una bandera del
club al que le va, o en los transportes públicos nunca faltará la persona, específicamente
hombre, que traiga algún accesorio del fútbol, sea mochila, pulsera o hasta playera.
Todo eso es sin duda el reflejo de la constante presencia de ese deporte en
nuestra nación, y que todos esos ingresos que se le dedican a la publicidad de tal deporte podrían ser
mejor invertidos en la economía o la educación de México.
Mas también resulta interesante notar que
en su mayoría el fútbol es más amado por hombres que por mujeres. Aquello,
sospecho, se debe a que absolutamente todos los partidos que se transmiten
entre clubes son únicamente entre partidos entre hombres, y este argumento
también se apoya en el simple hecho de que los jugadores más destacados de
nuestro país, que se mencionaron anteriormente, son hombres.
De ahí que vengan una serie de problemas en
este sentido, puesto que este deporte es calificado como un deporte de hombres,
en donde las mujeres no tienen gran terreno, o, si lo tienen, no lo hacen tan
bien como lo hacen, supuestamente, los hombres. Y pues por ejemplo, cuando uno
se encuentra en la edad inocente, cuando en la escuela ponen a todos a jugar
fútbol (porque es el deporte al que se le da prioridad en las escuelas), los
hombres son los que son partícipes del juego, y al niño que no juegue nunca lo
tachan de raro, de homosexual y lo excluyen del todo. Las niñas, por su parte,
deciden jugar otro tipo de deporte, sea básquetbol, voleibol u otra actividad;
y pues no con esto expreso que todo el tiempo los niños jueguen fútbol en la
escuela, hay veces en que juegan incluso con las niñas los deportes que ellas
hacen, o aun incluso el fútbol, pero no se puede negar que en la mayoría del
tiempo la clase de Educación física, o el recreo, está repleto de un partido de
fútbol entre niños.
Tampoco niego que a nivel internacional el
asunto pueda ser el mismo, pues es suficiente con notar que el Mundial de
fútbol que tiene más popularidad e ingresos es precisamente el masculino, a
comparación del Mundial de fútbol femenino, que, a comparación de su contrario,
es poco visto.
Pese a esta desigualdad, un interesante acontecimiento
de parte de México con respecto a este sentido ocurrió en el Mundial de
Sudáfrica 2010; cuando la televisora Tv Azteca contrató a varias mujeres para
cubrir las entrevistas y los reportajes de dicho Mundial, una mujer de entre
ellas destacó, me refiero a Inés Sainz, quien aparte de ser conductora y
reportera del Mundial, también era invitada para ser crítica de algunos
partidos. El efecto de dicha mujer en el Mundial fue tal que una revista la
seleccionó como la conductora más atractiva de todas las televisoras de los
países que habían ido a Sudáfrica. Posteriormente, Inés Sainz fue nombrada la Musa
de la Copa Confederaciones.
Más allá de esos títulos, Inés Sainz
significó el hecho de que una mujer pudiera externar su punto de vista con
respecto a los partidos de fútbol, lo cual fue un interesante paso, si no a
nivel mundial, al menos en México sí por tratarse de algo que no se había visto
antes. Después Tv Azteca explotó la imagen sensual de esa conductora en lugar
de darle más espacio en el fútbol, y, en mi opinión, eso causó la pérdida de
aquella imagen futbolística que tenía Inés Sainz.
Aun con la presencia de esa mujer, el
fútbol en México, evidentemente, no dejó de catalogarse como el deporte de los
varones. Aquello, sin lugar a dudas, representa una mancha muy fuerte del
machismo y la homofobia en tal deporte; y si no se me cree, acaso pregúntese:
¿Cuándo un jugador de fútbol mexicano se ha declarado homosexual?, nunca; al
contrario, la figura masculina de los jugadores es esencial para que el hombre,
principal espectador de ese deporte, se vea reflejado en sus jugadores favoritos
y con ello quiera seguir sus pasos. Por ejemplo, supongamos que un día Javier
Hernández “Chicharito”, el jugador más popular en la actualidad y cuyo impacto
en la sociedad ha sido enorme, se declarara homosexual, seguramente muchos de
los hombres que le admiran lo dejarían de seguir y, estoy seguro, sería
olvidado por sus fans, pues el hecho de que un hombre sea homosexual en México
todavía es sinónimo de vergüenza y rechazo.
Un caso verídico en este sentido fue el
incidente que tuvo Carlos Salcido en el 2010, cuando en Monterrey la Selección
Mexicana tuvo una fiesta privada con mujeres, en donde, se rumora, dicho
jugador tuvo un encuentro con un travesti de nombre Yamilé. Después de tal
hecho muchos mexicanos tuvieron a Salcido como objeto de burla por las
sospechas que este acontecimiento tuvo con respecto a su sexualidad; Salcido,
quien ya gozaba de mucha fama, desmintió toda duda sobre su sexualidad, y aún
expresó que nunca conoció a Yamilé. Dicha mujer, a pesar de ser entrevistada y
asegurar su encuentro con el futbolista, no tuvo el apoyo de ningún medio, por
tratarse precisamente de un travesti frente a un futbolista de figura
masculina.
Todas estas situaciones son la clara
evidencia de la alta pasión que se tiene por el fútbol en México, que crea
grandes expectativas y también excluye a grupos sociales de tal deporte. Y si
acaso las solas personalidades del fútbol o los clubes representan todo esto,
piénsese ahora cuando se llevan a cabo los partidos y los torneos mismos.
En casi todos los encuentros de fútbol, y
más cuando se trata de enfrentamientos entre equipos clásicos como el América,
Pumas, Cruz Azul o el Chivas, los partidos se tornan en sumo agresivos; tanto,
que hasta la policía tiene que ir afuera de los estadios para mantener la seguridad
de los mismos. Pero la agresividad no sólo está presente en los partidos, sino
también la alegría de parte de los aficionados cuando su equipo gana.
Por ejemplo, en el 2013 cuando se llevó a
cabo el Torneo de Clausura y el América resultó ganador tras un reñido partido
con el Cruz Azul, la emoción fue tal que en el momento de la premiación el
dueño del América y de Televisa, Jean Azcárraga, bajó con su equipo y celebró
de una forma muy singular, quitándose la camisa e hincándose ante sus
jugadores. El asunto no quedó ahí, pues ya terminado el partido, los aficionados
de tal club se dirigieron al Ángel de la Independencia a celebrar su victoria,
por las calles se escuchaban cohetes y coches en apoyo a la victoria del
América, y tal fue el efecto de esa alegría que por días se veía a gente con
sus playeras de tal grupo, y hasta del Cruz Azul en respuesta a la alegría de
los llamados “águilas”.
Por
si fuera poco, el “presidente” Enrique Peña Nieto le hizo una ceremonia de
premiación a tal grupo en Los Pinos, justo a la par cuando los maestros de la
CNTE también exigían ser recibidos en tal lugar para atender a sus denuncias.
La euforia por el fútbol es enorme en
México, y sus efectos son tales que se desatiende a los graves problemas de la
nación; y con esto no se me tache de antideportivo, sino que acaso hay que
pensar: ¿Es en verdad de tanta prioridad la victoria de un grupo de fútbol en
un partido que tantas veces se repite en los años?, ¿Acaso no es importante
también la violencia que vive nuestro país en la actualidad, la pobreza, la desigualdad
de oportunidades?; ¿Alguna vez se ha visto que un equipo de fútbol done sus
miles de ingresos a una acción caritativa?
Por ejemplo, en los partidos a nivel
nacional y más internacional, los conductores de Televisa y Tv Azteca, sobre
todo de ésta última, tienen conductores y narradores que hacen todo un análisis
del fútbol mexicano, y dicho análisis parte desde lo histórico, lo social, lo
económico y llega hasta lo psicológico. Si bien es loable el buen análisis que
llevan estos conductores como José Ramón Fernández (ya retirado), Luis García o
Christian Martinoli; yo acaso me preguntaría: ¿Por qué no también esos hombres,
a excepción de José Ramón Fernández, hacen un análisis sobre la situación del
país?, y se me podrá argumentar que su trabajo está enfocado sólo en el fútbol,
pero ese argumento sólo demostrará precisamente lo que se critica en esta
opinión, que el fútbol lo es todo en México, pero parafraseando a Aristóteles
podría decir: Todo hombre, con su virtud, debe ser partícipe de la política por
ser ésta interés del bien común; y por tanto tales narradores no sólo deberían
aparecer cada que hay partidos de fútbol, sino también cuando existen
acontecimientos de otra magnitud.
Y ya que se ha mencionado un poco el tema
del fútbol a nivel internacional, tal vez convenga ahora pasar justamente a ese
plano. La participación de México en el Mundial de fútbol ha sido constante, ha
desempañado papeles interesantes, y es ahí en donde los jugadores de nuestra
selección pueden obtener un pase a otras selecciones del mundo importantes,
como lo son las de Europa; sin embargo, pese a la activa participación en
México, los resultados no son alentadores para nuestro país, ya que nunca se ha
pasado a cuartos de final, siendo nuestros principales enemigos la selección de
Argentina y Estados Unidos.
Este aspecto de siempre ser perdedores en
los Mundiales es algo que afecta de sobremanera al país en el aspecto
psicológico, pues es tanto el aliento de esperanza que nos dan los medios de
comunicación y los patrocinadores de la selección, que los mexicanos creen con
todas sus fuerzas que tienen la oportunidad de llegar más lejos en los
Mundiales; y por el contrario, cuando se gana un partido, México celebra con
toda emoción el triunfo de la selección y hasta surgen burlas con respecto al
país que se ha derrotado.
Por ejemplo, cuando en Sudáfrica 2010
México se enfrentó con la selección de Francia, la cual había tenido un pésimo
papel en el Mundial de ese año, la victoria de México fue inminente. Siendo Francia una de las
selecciones más importantes del mundo, México al derrotarla se creyó ya campeón
de todo el Mundial al vencer a selección de tamaña magnitud. Cuando los
críticos de fútbol, con acierto, dijeron que Francia había venido mal
futbolísticamente y por ello había sido vencida, tal crítica no fue suficiente,
y de inmediato los medios de nuestro país lanzaron muchos comerciales de la
victoria de México frente a Francia, los cuales siempre tenían la misma imagen:
el gol que metió Chicharito.
Como si hubiesen olvidado el empate que
tuvo la Selección Mexicana frente a la selección de Sudáfrica en el partido de
inauguración, México, y con ello también me refiero a los jugadores, confiado se
enfrentó a Argentina y la derrota de nuestro país fue inevitable.
Cuando aquello sucedió el ambiente en
México fue triste, y con desilusión el Mundial siguió. Si bien es natural que
la tristeza exista ante un evento de tal magnitud, por otra parte, se debe
señalar que México entristece y se alegra con el entretenimiento e ignora lo
que sucede en el aspecto social, como lo que sucedió un año antes del Mundial, que
fue el incendio de la Guardería ABC y que hasta la fecha no ha tenido solución.
Pero no en todo el entretenimiento México
reacciona así, pues si bien en el fútbol lo es, como en los Juegos Olímpicos
del 2012 en los cuales nuestro país ganó la medalla de oro en fútbol y por la
cual nuestra nación ya se creía campeona y merecedora de la Copa del Mundo; por
otro lado, en otros deportes en donde destacamos como la natación, el ciclismo,
el atletismo y el taekwondo, nuestros país, y también nuestras instituciones,
no apoyan en nada a los atletas de los correspondientes deportes.
Tal es el caso de Belem Guerrero, en
ciclismo, quien no tenía los suficientes ingresos para ir a los Juegos Olímpicos
de Atenas 2004, y tampoco una bicicleta digna para competir. La CONADE,
institución encargada del deporte en México, no apoyó lo suficiente a Belem,
hasta que la televisora Tv Azteca apoyó a tal atleta para que consiguiera
viajar y competir en dichos Juegos, en los cuales ganó la medalla de plata.
También Ana Gabriela Guevara tuvo fuertes
problemas con respecto al apoyo de las instituciones, específicamente con la
Federación Mexicana de Atletismo y su director en turno Marino Lara, a quien
acusó de desvío de ingresos para la atleta, quien estaba a punto de participar
en los siguientes Juegos Olímpicos. Finalmente Ana Guevara renunció al
atletismo debido a ese problema, e incursionó en la política, con el argumento
de que “prefería participar por el país”.
Aquello sin duda se contrapone con los
grandes ingresos que reciben los futbolistas de nuestra selección, quienes, a
pesar del gran dinero que ganan, los múltiples viajes que hacen y la vida que
llevan, no desempeñan un buen papel en los partidos a nivel internacional, y
eso se debe, en su mayor parte, al ego que adquieren estas personas cuando
tienen la fama y la promoción de los medios de comunicación. Como es Carlos
Salcido, quien confesó haber perdido la tierra por la fama que había obtenido.
También Rafael Márquez, capitán de la selección mexicana en años anteriores. Al
igual que Giovanni Dos Santos y Javier Hernández que tienen tal individualidad
en la cancha, como la de Nery Castillo, que se creyó tan superior como para
dejar la Selección e irse a jugar a Ucrania.
Pero al respecto de la decadencia de nuestra
Selección, no es necesario irnos lejos en el tiempo, pues actualmente la
Selección de fútbol vive la peor crisis en su historia, debido a que justamente
está a casi nada de no ir al Mundial de Brasil 2014, esto a causa de haber perdido
frente a equipos como Honduras o Panamá.
Se le ha atribuido tal fracaso a su ahora ex
entrenador José Manuel de la Torre, quien consiguió resultados penosos con la
selección. Ante tales fracasos los aficionados al fútbol exigían mejor calidad
en su trabajo o su renuncia como entrenador, finalmente se obtuvo lo segundo.
Tal hecho constata la obsesión de México con el fútbol, pues es oportuno
advertir que a nuestro país le importa más la victoria de su Selección y de su
victoria, que los serios problemas del país, los cuales se han desencadenado a
partir del gobierno de Vicente Fox y han llegado a la cumbre con los gobiernos
de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Estos dirigentes han desempañado mal su
trabajo, han empeorado la situación de México en todos los sentidos, y han
causado la guerra que se vive actualmente con el narcotráfico, y casi nadie
exigió su renuncia ante tal cargo. Si el presidente expresa en su toma de
protesta: “Prometo guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de
ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la
República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y la
prosperidad de la unión. Y si así no lo hiciere, que la nación me lo
demande”, es porque él mismo acepta su encargo y propone su posible
renuncia, y cuando han fallado los presidentes en todo aspecto, es poca la
nación que se lo demanda, como por ejemplo en el caso de Peña Nieto, que a su alrededor
ve múltiples marchas en el Distrito Federal de parte de los miembros de la
CNTE, estudiantes y civiles que le exigen su renuncia, pero la exigencia no
llega ni es fuerte porque faltan 31 estados en los cuales también se pida lo
mismo.
Y caso contrario sucedió con José Manuel de
la Torre, que sin expresar un pacto con México en donde propusiera su renuncia
si no cumplía con la victoria de la Selección, bastaron unas pocas voces para
que lo despidieran del cargo de entrenador.
Así con todo esto se puede notar una
increíble obsesión y entretenimiento de México con su Selección de fútbol.
México se cree patriota cuando es 15 de Septiembre y cuando asiste a apoyar a
su Selección en los partidos frente a otros países, y lo que hacen con ambos
casos no es propagar un nacionalismo consciente y reflexivo sobre la situación
del país, sino tan sólo hacer más fuerte una imagen podrida y efímera de mexicano
al sentir que ver a unos jugadores que ganan muchísimo más que ellos y llevan
una mejor vida, los convierte en personas que representan a México.
Tal pensamiento de ser mexicano al apoyar a
la Selección mexicana es tan sólo una farsa que se basa en reflejar en los
jugadores la impotencia de no poder protestar por una mejor vida; a diferencia
de las marchas en donde se siente tal vez la misma adrenalina que ver a México
jugar, sólo que en las marchas uno va justo al lado de personas que también
desean un mejor país y una mejor patria, sin sólo ver desde lejos a unas
cuantas personas que no representan del todo a México por no preocuparse por él.
Y es justo ahí, en esa distancia de comunicación y de contacto en la que se
corta un nacionalismo, porque sentirse mexicano no sólo es sentarse en una
grada a ver pasar un partido, sino que es también mirar a fuera del estadio y
ver que a México lo carcome el hambre, la miseria y el conformismo, y pensar
que si se lucha por un mejor país, incluso el deporte puede mejorar.
El fútbol es un deporte como todos los demás,
el ser gustoso de él y practicarlo no conlleva nada malo, al contrario, en un
país como México, que ocupa el primer lugar en obesidad, es perfecto practicar
tal deporte y fomentar así la salud; pero se ha visto que eso no pasa tanto
así, pues aunque algunos tienen límites en este gusto, otros se enajenan con
él, pierden la realidad, viven de los partidos y sus resultados, y conocen más
de fútbol que sus propios derechos, que lo que pasa a diario en México, que la
política y las actuales reformas del gobierno del PRI.
Aristóteles defendía un punto medio entre
la virtud y el defecto, entre el bien y el mal, y ese punto medio sólo los
virtuosos lo pueden alcanzar por medio de la reflexión y del conocimiento. En
tal punto medio se vive en la felicidad, uno se da cuenta de qué significa la
obsesión y qué es el equilibrio, y así también tiene que ser el gusto del
fútbol en México.
Frente a las políticas neoliberales y a los
engaños de los medios de comunicación y su utilización del fútbol como
distracción, los mexicanos deben encontrar tal punto medio. Si se puede ser
amante del fútbol y seguirlo, también es fundamental ser consciente de lo que
puede haber de trasfondo en los partidos y de saber qué es lo que pasa más allá
de un partido que dura aproximadamente dos horas.
No hay que desatender por tanto los
problemas de México, hay que tener una posición frente a ellos y no dejar que
una pelota y un partido de soccer destruyan nuestra realidad y nos ahoguen en
el mar de la inconsciencia en donde el gobierno y las televisoras navegan para
aventajarse mientras explotan cada una de nuestras vidas.
“Sólo
el tiempo nos dirá lo que la nación necesita”
Escudo de la Selección Mexicana de Fútbol