lunes, 16 de septiembre de 2013

Del fútbol en México

Del fútbol en México

No hace mucho tiempo que mi suma preocupación por la situación que actualmente enfrenta el país me llevó a tener el interés de externar mi opinión con respecto a un tema que interesa a todo el mundo, pero muy especialmente a los mexicanos: el fútbol.

    Desde ya muchos años dicho tema había llamado mi atención por la pasión que el fútbol genera en el país, pero no había tenido ni la oportunidad, ni la formación, ni el momento para lograr plasmar mis ideas. Hoy por fin, aprovechándome de la situación que enfrente dicho deporte en México, he creído conveniente escribir mi opinión, a prueba de que sea aceptada o rechazada.

    El fútbol, tema central de esta breve opinión, es sin duda uno de los más grandes factores que siempre están presentes en México. Su esencia misma, que es el ser un deporte más, es adornada en nuestra nación con publicidad y sobrevaloración, y esto se puede comprobar a partir de que el fútbol es el deporte más apoyado en todo nuestro país, a comparación de otros deportes en donde también México brilla, como es el tae kwon do, el box, la natación, y recientemente el basquetbol.

    Así por tanto, el fútbol en su calidad de mero deporte, no es eso para las grandes televisoras de México y para los miles de aficionados, sino que es ni más ni menos el deporte por excelencia de la nación, en donde se albergan grandes estrellas que al tiempo se convierten en nada menos que ídolos. Personajes han estado y han partido de la Selección mexicana, y tanto como su calidad como su recepción cambia conforme al tiempo. Una lista enorme podría salir de aquellos jugadores que nos han representado, y puesto que esa lista conllevaría mucho espacio de este comentario, a caso mencionaré a los más representativos: Hugo Sánchez, Jorge Campos, Luis Hernández “El Matador”, Cuauhtémoc Blanco, Rafael Márquez, Osvaldo Sánchez, Nery Castillo, Guillermo Ochoa, Carlos Salcido, Giovani Dos Santos, Carlos Vela, Javier Hernández “Chicharito”, y tantos otros que también han tenido protagonismo en el fútbol mexicano.

    Todos estos personajes han participado, en diferentes tiempos, en la selección mexicana; sin embargo, todos ellos no serían nada si no hubieran debutado en ciertos clubes existentes en México, por lo que evidentemente antes de estos jugadores, y aún más de la Selección mexicana en su totalidad, convendría comentar en breves líneas no el origen y la historia de los clubes de fútbol mexicano, sino más bien la función que desempeñan en su conjunto.

    A lo largo del tiempo han aparecido nuevos clubes de fútbol, y muchos otros también han desaparecido, sin embargo pocos son realmente los que generan gran gusto en México. Aunque actualmente hay un total de aproximadamente 56 equipos de fútbol, los más populares son únicamente los que han ganado campeonatos y que ahora pertenecen a la famosa Liga. Dichos grupos son los siguientes: Querétaro, Chiapas, Pachuca, Santos, Veracruz, Tigres, Morelia, León, Cruz Azul, Puebla, Pumas, Monterrey, Toluca, Atlas, Atlante, Guadalajara, Cruz Azul, Chivas, Necaxa, América.

    Muchos de los clubes antes mencionados han tenido a sus jugadores estrellas que posteriormente partieron a la Selección mexicana, por mencionar algunos: Hugo Sánchez de los Pumas, Cuauhtémoc Blanco del América, Luis Hernández “El Matador” del Cruz Azul, Rafael Márquez del Atlas, Guillermo Ochoa del América, Carlos Salcido del Guadalajara y Javier Hernández “Chicharito” también del Guadalajara.

    Se puede notar por tanto que de la gran variedad de equipos de fútbol existentes en México, han existido también variedad de jugadores destacados, y demeritar sus logros sería acaso menospreciar lo que todo humano desea en el mundo, que es el éxito; sin embargo, y como se ha especificado antes, la historia del fútbol no es el tema a desarrollar en esta discusión, sino más bien el papel que actualmente cumple dicho deporte en nuestra sociedad.

    Es tiempo por tanto de iniciar el análisis del tema, y ya puestos un tanto claros los clubes de fútbol existentes en México, así como sus más destacados jugadores, para así poderse mencionar algunos detalles de esos personajes sin que el lector se pierda, es oportuno empezar, como se mencionó, con el efecto del fútbol mexicano a nivel nacional antes de pasar al plano internacional, específicamente el papel que ha tenido la Selección en los Mundiales de dicho deporte.

    En todos los años el fútbol está presente en nuestro país, mes con mes, y no se diga día con día, se puede observar en toda la Ciudad, en los estados, a través de los medios de comunicación, una incesante publicidad dedicada a este deporte. El número de torneos que se realizan en cada año es impresionante, y no se diga el de los partidos; incluso a veces uno mismo se llega a perder en qué campeonato se lleva a cabo en el momento en que se ve un nuevo partido. Resulta interesante el efecto que ocasiona tal bombardeo de publicidad y partidos llevados a cabo, pues cuando uno camina por las calles de México podrá notar que en cada rincón hay alguna casa con una bandera del club al que le va, o en los transportes públicos nunca faltará la persona, específicamente hombre, que traiga algún accesorio del fútbol, sea mochila, pulsera o hasta playera. Todo eso es sin duda el reflejo de la constante presencia de ese deporte en nuestra nación, y que todos esos ingresos que se le dedican  a la publicidad de tal deporte podrían ser mejor invertidos en la economía o la educación de México.

    Mas también resulta interesante notar que en su mayoría el fútbol es más amado por hombres que por mujeres. Aquello, sospecho, se debe a que absolutamente todos los partidos que se transmiten entre clubes son únicamente entre partidos entre hombres, y este argumento también se apoya en el simple hecho de que los jugadores más destacados de nuestro país, que se mencionaron anteriormente, son hombres.

    De ahí que vengan una serie de problemas en este sentido, puesto que este deporte es calificado como un deporte de hombres, en donde las mujeres no tienen gran terreno, o, si lo tienen, no lo hacen tan bien como lo hacen, supuestamente, los hombres. Y pues por ejemplo, cuando uno se encuentra en la edad inocente, cuando en la escuela ponen a todos a jugar fútbol (porque es el deporte al que se le da prioridad en las escuelas), los hombres son los que son partícipes del juego, y al niño que no juegue nunca lo tachan de raro, de homosexual y lo excluyen del todo. Las niñas, por su parte, deciden jugar otro tipo de deporte, sea básquetbol, voleibol u otra actividad; y pues no con esto expreso que todo el tiempo los niños jueguen fútbol en la escuela, hay veces en que juegan incluso con las niñas los deportes que ellas hacen, o aun incluso el fútbol, pero no se puede negar que en la mayoría del tiempo la clase de Educación física, o el recreo, está repleto de un partido de fútbol entre niños.

    Tampoco niego que a nivel internacional el asunto pueda ser el mismo, pues es suficiente con notar que el Mundial de fútbol que tiene más popularidad e ingresos es precisamente el masculino, a comparación del Mundial de fútbol femenino, que, a comparación de su contrario, es poco visto.

    Pese a esta desigualdad, un interesante acontecimiento de parte de México con respecto a este sentido ocurrió en el Mundial de Sudáfrica 2010; cuando la televisora Tv Azteca contrató a varias mujeres para cubrir las entrevistas y los reportajes de dicho Mundial, una mujer de entre ellas destacó, me refiero a Inés Sainz, quien aparte de ser conductora y reportera del Mundial, también era invitada para ser crítica de algunos partidos. El efecto de dicha mujer en el Mundial fue tal que una revista la seleccionó como la conductora más atractiva de todas las televisoras de los países que habían ido a Sudáfrica. Posteriormente, Inés Sainz fue nombrada la Musa de la Copa Confederaciones.

    Más allá de esos títulos, Inés Sainz significó el hecho de que una mujer pudiera externar su punto de vista con respecto a los partidos de fútbol, lo cual fue un interesante paso, si no a nivel mundial, al menos en México sí por tratarse de algo que no se había visto antes. Después Tv Azteca explotó la imagen sensual de esa conductora en lugar de darle más espacio en el fútbol, y, en mi opinión, eso causó la pérdida de aquella imagen futbolística que tenía Inés Sainz.

    Aun con la presencia de esa mujer, el fútbol en México, evidentemente, no dejó de catalogarse como el deporte de los varones. Aquello, sin lugar a dudas, representa una mancha muy fuerte del machismo y la homofobia en tal deporte; y si no se me cree, acaso pregúntese: ¿Cuándo un jugador de fútbol mexicano se ha declarado homosexual?, nunca; al contrario, la figura masculina de los jugadores es esencial para que el hombre, principal espectador de ese deporte, se vea reflejado en sus jugadores favoritos y con ello quiera seguir sus pasos. Por ejemplo, supongamos que un día Javier Hernández “Chicharito”, el jugador más popular en la actualidad y cuyo impacto en la sociedad ha sido enorme, se declarara homosexual, seguramente muchos de los hombres que le admiran lo dejarían de seguir y, estoy seguro, sería olvidado por sus fans, pues el hecho de que un hombre sea homosexual en México todavía es sinónimo de vergüenza y rechazo.

    Un caso verídico en este sentido fue el incidente que tuvo Carlos Salcido en el 2010, cuando en Monterrey la Selección Mexicana tuvo una fiesta privada con mujeres, en donde, se rumora, dicho jugador tuvo un encuentro con un travesti de nombre Yamilé. Después de tal hecho muchos mexicanos tuvieron a Salcido como objeto de burla por las sospechas que este acontecimiento tuvo con respecto a su sexualidad; Salcido, quien ya gozaba de mucha fama, desmintió toda duda sobre su sexualidad, y aún expresó que nunca conoció a Yamilé. Dicha mujer, a pesar de ser entrevistada y asegurar su encuentro con el futbolista, no tuvo el apoyo de ningún medio, por tratarse precisamente de un travesti frente a un futbolista de figura masculina.

    Todas estas situaciones son la clara evidencia de la alta pasión que se tiene por el fútbol en México, que crea grandes expectativas y también excluye a grupos sociales de tal deporte. Y si acaso las solas personalidades del fútbol o los clubes representan todo esto, piénsese ahora cuando se llevan a cabo los partidos y los torneos mismos.

    En casi todos los encuentros de fútbol, y más cuando se trata de enfrentamientos entre equipos clásicos como el América, Pumas, Cruz Azul o el Chivas, los partidos se tornan en sumo agresivos; tanto, que hasta la policía tiene que ir afuera de los estadios para mantener la seguridad de los mismos. Pero la agresividad no sólo está presente en los partidos, sino también la alegría de parte de los aficionados cuando su equipo gana.

    Por ejemplo, en el 2013 cuando se llevó a cabo el Torneo de Clausura y el América resultó ganador tras un reñido partido con el Cruz Azul, la emoción fue tal que en el momento de la premiación el dueño del América y de Televisa, Jean Azcárraga, bajó con su equipo y celebró de una forma muy singular, quitándose la camisa e hincándose ante sus jugadores. El asunto no quedó ahí, pues ya terminado el partido, los aficionados de tal club se dirigieron al Ángel de la Independencia a celebrar su victoria, por las calles se escuchaban cohetes y coches en apoyo a la victoria del América, y tal fue el efecto de esa alegría que por días se veía a gente con sus playeras de tal grupo, y hasta del Cruz Azul en respuesta a la alegría de los llamados “águilas”.

    Por si fuera poco, el “presidente” Enrique Peña Nieto le hizo una ceremonia de premiación a tal grupo en Los Pinos, justo a la par cuando los maestros de la CNTE también exigían ser recibidos en tal lugar para atender a sus denuncias.

    La euforia por el fútbol es enorme en México, y sus efectos son tales que se desatiende a los graves problemas de la nación; y con esto no se me tache de antideportivo, sino que acaso hay que pensar: ¿Es en verdad de tanta prioridad la victoria de un grupo de fútbol en un partido que tantas veces se repite en los años?, ¿Acaso no es importante también la violencia que vive nuestro país en la actualidad, la pobreza, la desigualdad de oportunidades?; ¿Alguna vez se ha visto que un equipo de fútbol done sus miles de ingresos a una acción caritativa?

    Por ejemplo, en los partidos a nivel nacional y más internacional, los conductores de Televisa y Tv Azteca, sobre todo de ésta última, tienen conductores y narradores que hacen todo un análisis del fútbol mexicano, y dicho análisis parte desde lo histórico, lo social, lo económico y llega hasta lo psicológico. Si bien es loable el buen análisis que llevan estos conductores como José Ramón Fernández (ya retirado), Luis García o Christian Martinoli; yo acaso me preguntaría: ¿Por qué no también esos hombres, a excepción de José Ramón Fernández, hacen un análisis sobre la situación del país?, y se me podrá argumentar que su trabajo está enfocado sólo en el fútbol, pero ese argumento sólo demostrará precisamente lo que se critica en esta opinión, que el fútbol lo es todo en México, pero parafraseando a Aristóteles podría decir: Todo hombre, con su virtud, debe ser partícipe de la política por ser ésta interés del bien común; y por tanto tales narradores no sólo deberían aparecer cada que hay partidos de fútbol, sino también cuando existen acontecimientos de otra magnitud.

    Y ya que se ha mencionado un poco el tema del fútbol a nivel internacional, tal vez convenga ahora pasar justamente a ese plano. La participación de México en el Mundial de fútbol ha sido constante, ha desempañado papeles interesantes, y es ahí en donde los jugadores de nuestra selección pueden obtener un pase a otras selecciones del mundo importantes, como lo son las de Europa; sin embargo, pese a la activa participación en México, los resultados no son alentadores para nuestro país, ya que nunca se ha pasado a cuartos de final, siendo nuestros principales enemigos la selección de Argentina y Estados Unidos.

    Este aspecto de siempre ser perdedores en los Mundiales es algo que afecta de sobremanera al país en el aspecto psicológico, pues es tanto el aliento de esperanza que nos dan los medios de comunicación y los patrocinadores de la selección, que los mexicanos creen con todas sus fuerzas que tienen la oportunidad de llegar más lejos en los Mundiales; y por el contrario, cuando se gana un partido, México celebra con toda emoción el triunfo de la selección y hasta surgen burlas con respecto al país que se ha derrotado.

    Por ejemplo, cuando en Sudáfrica 2010 México se enfrentó con la selección de Francia, la cual había tenido un pésimo papel en el Mundial de ese año, la victoria de México fue  inminente. Siendo Francia una de las selecciones más importantes del mundo, México al derrotarla se creyó ya campeón de todo el Mundial al vencer a selección de tamaña magnitud. Cuando los críticos de fútbol, con acierto, dijeron que Francia había venido mal futbolísticamente y por ello había sido vencida, tal crítica no fue suficiente, y de inmediato los medios de nuestro país lanzaron muchos comerciales de la victoria de México frente a Francia, los cuales siempre tenían la misma imagen: el gol que metió Chicharito.

    Como si hubiesen olvidado el empate que tuvo la Selección Mexicana frente a la selección de Sudáfrica en el partido de inauguración, México, y con ello también me refiero a los jugadores, confiado se enfrentó a Argentina y la derrota de nuestro país fue inevitable.

    Cuando aquello sucedió el ambiente en México fue triste, y con desilusión el Mundial siguió. Si bien es natural que la tristeza exista ante un evento de tal magnitud, por otra parte, se debe señalar que México entristece y se alegra con el entretenimiento e ignora lo que sucede en el aspecto social, como lo que sucedió un año antes del Mundial, que fue el incendio de la Guardería ABC y que hasta la fecha no ha tenido solución.

    Pero no en todo el entretenimiento México reacciona así, pues si bien en el fútbol lo es, como en los Juegos Olímpicos del 2012 en los cuales nuestro país ganó la medalla de oro en fútbol y por la cual nuestra nación ya se creía campeona y merecedora de la Copa del Mundo; por otro lado, en otros deportes en donde destacamos como la natación, el ciclismo, el atletismo y el taekwondo, nuestros país, y también nuestras instituciones, no apoyan en nada a los atletas de los correspondientes deportes.

    Tal es el caso de Belem Guerrero, en ciclismo, quien no tenía los suficientes ingresos para ir a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, y tampoco una bicicleta digna para competir. La CONADE, institución encargada del deporte en México, no apoyó lo suficiente a Belem, hasta que la televisora Tv Azteca apoyó a tal atleta para que consiguiera viajar y competir en dichos Juegos, en los cuales ganó la medalla de plata.

    También Ana Gabriela Guevara tuvo fuertes problemas con respecto al apoyo de las instituciones, específicamente con la Federación Mexicana de Atletismo y su director en turno Marino Lara, a quien acusó de desvío de ingresos para la atleta, quien estaba a punto de participar en los siguientes Juegos Olímpicos. Finalmente Ana Guevara renunció al atletismo debido a ese problema, e incursionó en la política, con el argumento de que “prefería participar por el país”.

    Aquello sin duda se contrapone con los grandes ingresos que reciben los futbolistas de nuestra selección, quienes, a pesar del gran dinero que ganan, los múltiples viajes que hacen y la vida que llevan, no desempeñan un buen papel en los partidos a nivel internacional, y eso se debe, en su mayor parte, al ego que adquieren estas personas cuando tienen la fama y la promoción de los medios de comunicación. Como es Carlos Salcido, quien confesó haber perdido la tierra por la fama que había obtenido. También Rafael Márquez, capitán de la selección mexicana en años anteriores. Al igual que Giovanni Dos Santos y Javier Hernández que tienen tal individualidad en la cancha, como la de Nery Castillo, que se creyó tan superior como para dejar la Selección e irse a jugar a Ucrania.

    Pero al respecto de la decadencia de nuestra Selección, no es necesario irnos lejos en el tiempo, pues actualmente la Selección de fútbol vive la peor crisis en su historia, debido a que justamente está a casi nada de no ir al Mundial de Brasil 2014, esto a causa de haber perdido frente a equipos como Honduras o Panamá.

    Se le ha atribuido tal fracaso a su ahora ex entrenador José Manuel de la Torre, quien consiguió resultados penosos con la selección. Ante tales fracasos los aficionados al fútbol exigían mejor calidad en su trabajo o su renuncia como entrenador, finalmente se obtuvo lo segundo. Tal hecho constata la obsesión de México con el fútbol, pues es oportuno advertir que a nuestro país le importa más la victoria de su Selección y de su victoria, que los serios problemas del país, los cuales se han desencadenado a partir del gobierno de Vicente Fox y han llegado a la cumbre con los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

    Estos dirigentes han desempañado mal su trabajo, han empeorado la situación de México en todos los sentidos, y han causado la guerra que se vive actualmente con el narcotráfico, y casi nadie exigió su renuncia ante tal cargo. Si el presidente expresa en su toma de protesta: “Prometo guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la unión.   Y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande”, es porque él mismo acepta su encargo y propone su posible renuncia, y cuando han fallado los presidentes en todo aspecto, es poca la nación que se lo demanda, como por ejemplo en el caso de Peña Nieto, que a su alrededor ve múltiples marchas en el Distrito Federal de parte de los miembros de la CNTE, estudiantes y civiles que le exigen su renuncia, pero la exigencia no llega ni es fuerte porque faltan 31 estados en los cuales también se pida lo mismo.

    Y caso contrario sucedió con José Manuel de la Torre, que sin expresar un pacto con México en donde propusiera su renuncia si no cumplía con la victoria de la Selección, bastaron unas pocas voces para que lo despidieran del cargo de entrenador.

    Así con todo esto se puede notar una increíble obsesión y entretenimiento de México con su Selección de fútbol. México se cree patriota cuando es 15 de Septiembre y cuando asiste a apoyar a su Selección en los partidos frente a otros países, y lo que hacen con ambos casos no es propagar un nacionalismo consciente y reflexivo sobre la situación del país, sino tan sólo hacer más fuerte una imagen podrida y efímera de mexicano al sentir que ver a unos jugadores que ganan muchísimo más que ellos y llevan una mejor vida, los convierte en personas que representan a México.

    Tal pensamiento de ser mexicano al apoyar a la Selección mexicana es tan sólo una farsa que se basa en reflejar en los jugadores la impotencia de no poder protestar por una mejor vida; a diferencia de las marchas en donde se siente tal vez la misma adrenalina que ver a México jugar, sólo que en las marchas uno va justo al lado de personas que también desean un mejor país y una mejor patria, sin sólo ver desde lejos a unas cuantas personas que no representan del todo a México por no preocuparse por él. Y es justo ahí, en esa distancia de comunicación y de contacto en la que se corta un nacionalismo, porque sentirse mexicano no sólo es sentarse en una grada a ver pasar un partido, sino que es también mirar a fuera del estadio y ver que a México lo carcome el hambre, la miseria y el conformismo, y pensar que si se lucha por un mejor país, incluso el deporte puede mejorar.

    El fútbol es un deporte como todos los demás, el ser gustoso de él y practicarlo no conlleva nada malo, al contrario, en un país como México, que ocupa el primer lugar en obesidad, es perfecto practicar tal deporte y fomentar así la salud; pero se ha visto que eso no pasa tanto así, pues aunque algunos tienen límites en este gusto, otros se enajenan con él, pierden la realidad, viven de los partidos y sus resultados, y conocen más de fútbol que sus propios derechos, que lo que pasa a diario en México, que la política y las actuales reformas del gobierno del PRI.

    Aristóteles defendía un punto medio entre la virtud y el defecto, entre el bien y el mal, y ese punto medio sólo los virtuosos lo pueden alcanzar por medio de la reflexión y del conocimiento. En tal punto medio se vive en la felicidad, uno se da cuenta de qué significa la obsesión y qué es el equilibrio, y así también tiene que ser el gusto del fútbol en México.

    Frente a las políticas neoliberales y a los engaños de los medios de comunicación y su utilización del fútbol como distracción, los mexicanos deben encontrar tal punto medio. Si se puede ser amante del fútbol y seguirlo, también es fundamental ser consciente de lo que puede haber de trasfondo en los partidos y de saber qué es lo que pasa más allá de un partido que dura aproximadamente dos horas.

    No hay que desatender por tanto los problemas de México, hay que tener una posición frente a ellos y no dejar que una pelota y un partido de soccer destruyan nuestra realidad y nos ahoguen en el mar de la inconsciencia en donde el gobierno y las televisoras navegan para aventajarse mientras explotan cada una de nuestras vidas.


“Sólo el tiempo nos dirá lo que la nación necesita”


Escudo de la Selección Mexicana de Fútbol

domingo, 1 de septiembre de 2013

Ramo de amar

Advierte caballero de seda
el frágil ámbar que corre por tus venas,
porque no es sentimiento de penas
el decir lo tanto que tú amas.

Doncel perfecto y frágil,
de fruta fresca en almíbar
están compuestos tus labios al besar,
aunque sean retoños al verlos reposar.

Cisne maquillado de plata,
bajo la luz de la luna
se contempla el vuelo de la laguna
al acompañarte en tu despliegue de ala.

Y ya por la naturaleza
tu fragante cuerpo toma el camino;
¡Oh estrella de sabor vino!,
si acaso tú quisieras volar conmigo.

Porque si supieras lo cruel que es
ver pasar el astro celeste
con luces de bohemia tan enfrente
y que no deja disfrutar de su deleite.

Pues con tu cuerpo y el revoloteo
desprendes de la tierra y del mar
sus exquisitos sabores que eran secreto,
y que contigo forman aura de precioso aliento.

Luego vienes con tu cuerpo,
con esa mirada, con esos labios,
con esa nariz, con esos ojos,
a rodearme con tus cánticos movimientos,
¡Y soy tan desdichado por estar tan quieto!

Mas no dejo de admirar
tu figura y actitudes masculinas,
que con un sol bañado en perlas
ilumina tu líquido mirar.

Y tan tierno y mágico a la vez,
seas emblemático ser sublime
que me captura con su desnudez,
aunque tú en verdad me seas imposible.