Ola me protege en su inmensidad,
no deja que el riachuelo de mi sufrimiento
entre otra vez a mi boca,
porque sabe el daño que me puede causar.

Ola me lleva a lugares exóticos
me hace viajar en toda su frescura.
Y su personalidad
me hace sentir en tranquilidad.

Ola me muestra lo peligroso;
a la vez, vemos juntos lo fabuloso,
me da trucos de supervivencia
y sé que a su lado, nada malo me puede pasar.

Ola me enreda en un baile de risas,
cantamos tal cual verano,
se sonroja porque le he dicho "preciosa"
y yo me apeno porque me ha regalado su corazón.

Ola me sumerge en su ambiente
coincidimos en tantos gustos,
como decir que para nosotros,
decir que nos queremos
es como decir, que ambos somos humanos.

Ola se explaya ante mi,
yo resbalo por todo su campo,
pues con esto ambos sabemos,
que cambiar de papeles, resulta ser lo mismo que lo contrario.

Ola me cautiva con su movimiento,
camina de un lado a otro,
ella sabe que toda mi atención
es para la ironía de su pensamiento.

Ola me relaja en su manantial
estamos juntos en el agua,
en el agua de su profundidad,
desnudos ante el erotismo más puro del mar.

Ola, creo que al fin me he enamorado de ti,
y es muy obvio decir lo que siento
porque cuando uno dice, lo que con amor ha pensando
se expone a la luz de un buen momento.

Ola, yo sé que ante los ojos de Octavio Paz estuviste,
así que, por eso, yo ya he dado por hecho,
que junto a ti me quedo
pues también es contigo, con quien he soñado.


"La ola cae en mi, como ideas que tengo para ti"

Burbujas en tu anatomía.
Un cinturón que impide tu desnudez,
una cabellera dibujada en tu cara,
una perla que cuelga de tu sensible ropa.

Burbujas en tus ojos,
me miran con un brillo muy limpio,
el cual me hace enamorarme rápido de ti.
Pues es todo esto tan fantasioso como en un sueño.

Burbujas que nos atrapan,
juntos recorremos nuestro cuerpo.
Y sin cansarnos jamás,
encontramos nuevos continentes de deseo.

Burbujas puras de tu figura,
saboreo cada aroma de tu cuerpo;
es que la lujuría me enreda con diversión
y con toda amabilidad, acepto todo este juego sin temor.

Burbujas en tu sonrisa cautivadora.
Me bates, me tomas, me sacudes,
me tallas, me enjabonas, me mojas;
eres tan salvaje que todos mis sentidos despiertas.

Burbujas refrescantes.
Conozco los pétalos dentro del agua,
pues su fragilidad de una u otra forma
me acercan a los labios de tu alma.

Burbujas en una tarde roja,
se tornan de varios colores
justo cuando cambio mi mente
a un sentido de tenerte.

Burbujas en una pradera para los dos,
ellas están justo alrededor
avisando que amar
es también un ritual para sentir y explorar.


"Las burbujas nos transportan a un fresco mundo donde nos amamos, y por ello lo amamos todo"

Flecha acaba con el mundo de la desolación
y en su destrucción
las aves de mi tranquilidad
observan esa anhelada caída.

Flecha atraviesa el corazón.
Quien se enamora de lo que soy,
tristeza amarga vivirá,
si es que mi equilibrio no logro encontrar.

Flecha aniquila las cadenas continuas
rompe las acciones de mi realidad,
sin piedad derriba lo posterior
para poder vivir sin temor.

Flecha salvaje,
cae encima de las ciudades
y un campo eléctrico absorve el daño
para dar esperanza a aquellos que no han amado.

Flecha llena de hallazgos.
Somos uno mismo cuando volamos,
cuando aterrizamos,
cuando fallamos o ganamos.

Flecha que deja fluir el agua,
pasa con tranquilidad
sin olvidar, ni esperar nada;
pues sólo se ha dejado vivir sin sentir más.

Flecha es veloz como el olvido,
contra la gravedad tiene una pelea,
pero siempre hay algo que la hace victoriosa:
el objetivo de nunca caer ante la vida.

Flecha arranca la piel del invasor.
En sus ecos resuena
una lucha y un grito de salvación
para matar a ese piojo que nos succiona este amor.

Flecha de finales,
final das a los desventurados.
Por que en tus lindos placeres
por fin la muerte han de conocer para siempre.


"La flecha atraviesa con gran velocidad todo nuestro valle de soledad"

El fuego abraza mi soledad
derrite poco a poco aquél suicidio.
Da calor, a quien el calor no ha tocado
y me alimenta con sus llamas profusas de cuidado.

Fuego que con su fuerza recorre mis venas,
en sus alas la esperanza trae
y nunca se detiene,
porque sabe que al fin, le he pedido ayuda sin renunciar.

Fuego en mis ganas de luchar,
rendirme es una decepción sin perdonar,
la cual, no la podría olvidar jamás;
pues aún en la puerta de la muerte, no me perdonaría más.

Fuego incendia la guarida de mi odio
destroza sin piedad esos sentimientos
los avienta al vacío, donde el propio silencio los callara
y así, ya no entraran en mis actos jamás.

Fuego deja fluir su poder
consume mi llanto interno,
ese que no deja decir lo que siento;
porque me enjaula como león sin su característico rugido.

Fuego como ángel que se queda en mi cuerpo
en mi alma él encontrará otro mundo;
pues sé que yo mismo
le he pedido que tome control absoluto de todos estos sentidos.


"El fuego es la corona que porto desde que proclame mi soledad eterna"