sábado, 24 de noviembre de 2012

Rosa del gusto

Como nieve de color insinuante
y como lluvia de fuego que lo pretende todo,
tú caíste, ser, al alma y al ojo,
convirtiendo idea, gusto y haciendo latido.

Bañaste al corazón con espuma bendita
y yo, que en laberinto y represión vivía,
no lo acepté; pero ganó tu fuerza masculina,
porque mil veces te veía, y más veces te quería.

Fuera en clase, fuera en el patio,
yo te miraba tímidamente
por apenas sentir fuertemente
lo que se siente el no tener a un hombre.

Hablarte bien podía sin barrera alguna,
pero la pena es asesina de la gloria,
y por eso sólo seguiste siendo rosa del gusto...

Del gusto por el cual confesaste tu amor,
y no fue para mí, sino para aquella, que,
si bien amiga, también espina del hundimiento.

Yo confianza te inspiraba,
y aunque bien sabías de mi gusto
por el que me tocó vivir condenado,
tú no te detuviste a pedirme consejo diario.

A cada que la ayuda necesitabas,
mi corazón, (aunque no totalmente herido),
sí resentía el ayudarte para no estar conmigo,
sino con ella, la que sí terminó contigo.

Así yo te vi volar, mi faisán de belleza,
vi tu parpadeo aéreo con el que desprendías estrellas;
y luego llorabas, y luego sonreías,
y yo sólo disfrutaba que tú con ella el amor probaras.

Enternecido joven que borrego traías arriba,
su amor, aunque fuerte, ya murió,
pereció en las ondulaciones de lo que cabello presumías.
Yo, hoy solitario como gota que en la hoja quedó
pienso en ese mi sentimiento que al final sin eco se esfumó.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Rosa del interés

Arbaid es tierra prohibida,
mi corazón a tan difícil terreno
se niega a volver después de tiempo;
mas para esta celebración lo creo necesario.

De palabras lindas eras dotado,
de tu personalidad de confianza
yo no podía dudar, pues felicidad
me hacías sentir con inmensidad.

Eran tus atenciones, y esa sonrisa,
las que provocaban en mí un fuerte huracán;
pues con fuerza movías mis sinceros latidos,
y con mareas fantásticas inundabas mi inocencia.

Pero esto que acabo de describir
poco y poca vergüenza me valió,
pues tú con plan te convertiste en rosa del interés...

Del interés en derramar blancura
sobre el cuerpo de las espinas
para después esfumarte ante las lágrimas.

Arbaid, provocaste el primero
de muy pocos llantos de sangre,
que, acompañados de mi ternura,
fueron paridos y olvidados por tu ser.

¿Qué clase de confianza profesabas?,
pues tú en tiempo y en experiencia
me superabas; pero yo en verdad sufrí
como amante y como hombre fiel a ti.

Tus olvidos y tu desaparición
hicieron y hundieron metal de fuego
en mi todavía joven corazón;
fue más de lo que enterrarme querías sin amor.

Bien, pues mira, interés obtuviste con éxito;
pero, eres un vejestorio del tiempo, pues pasas siendo notado,
ya que esa cara de marciano es muy tuya y tu todo;
que por eso ahora yo me burlo por superarte en intelecto
y en madurez que tú no tienes en tu flácido cuerpo.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Rosa de la verdad

Quince rosas, ¿y sus espinas?
(o sátira de mis sentimientos)

Quince rosas, ¿y sus espinas? pretende recordar, por medio de poesías, a aquellas personas que formaron parte de mi vida y la marcaron de una u otra manera, sea esta agradable o desagradable. Quince personas son las que estarán reflejadas a lo largo de esta obra, siendo sólo tres las que han engalanado y enamorado a mi corazón; todos estos seres, junto con sus rosas y espinas, son presentados en orden cronológico en como aparecieron en mi vida. Todo esto, para celebrar mis 20 años que pronto cumpliré.
Disfruten del olor de sus rosas y de la sangre que provocan sus espinas:

Rosa pura eres, humano,
quien de detalles infinitos
enredó a mi todavía corazón indeciso,
pues éramos adolescentes sin dejar de ser niños.

La fuerza de tus acciones
combinadas con tus palabras
fueron olas tan conmovedoras
que ni a abrirlas se atrevería Moisés.

De risas y emociones tú y yo vivíamos,
que si uno faltaba al ejercicio de los puños,
el otro solo se sentía sin su amigo;
en fin que bien correspondidos éramos.

Mas grandeza y tanta dulzura
en este mundo poco perdura,
por eso del primer llanto eres rosa de la verdad...

De la verdad confesada en tu recámara,
tú, frustración sentiste
y aún más jugaste con mi cara.

De ese día cruel
fue la burla de no poderte tocar,
y tú incitándome a probar,
pero tus razones eran espinas fuertes.

Llorando me tenías a tu lado,
¿qué era yo entonces?
para que me dejaras en tristeza verme;
pues si me querías, debías del dolor protegerme.

Luego la indiferencia y en mí el ardor
causaron de que aquellas veces
en que nuestras manos juntábamos,
ya no fuera más que el orgullo separarnos.

Está bien, burlaste tú mi confesión,
e hiciste con ella antojo y no amor;
ahora yo te veo amargado de la vida
y con los mismos kilos de más que traías,
que enamorarme de ti resulta ya pesado para mi poesía.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Las palabras de Octavio Paz

Somos tiempo consumido por el océano, sombras que la literatura arrojó a este mundo, expulsándolos de aquella galaxia en donde nos encontrábamos; más, aun cuando tú y yo venimos de aquel mundo, resultamos ser tan diferentes.Pues tú, con las metamorfosis de tus letras, le das a la literatura un entorno de misterio y coherencia que nos lleva a otras ramas que fueron creadas por un silencio de concentración pura y sagrada.

Yo, como tu posible futuro espejismo y a la vez no espejismo, enredo mis venas y sentimientos  en mis letras como una capacidad de mostrar a los demás en lo que se convierte mi vía láctea. Así, nuestras mentes se juntan y reinan el destello del expresar, porque tú y yo somos poesía, pero cuando se trata de cuentos o frases, no conocemos lo común.

Tenemos el rostro de la filosofía en nuestra piel, conocemos la profundidad del olor de aquel mundo en donde todo, absolutamente todo, es diferente a lo normal, y, casualmente vivimos en una infinita entrega sin miedo a la vida, misma que desde un principio supimos manejarla a nuestro antojo y ante todos. 

Tú, impactas en el pensamiento de muchos, sino es que en el de todos, y yo, aún gobierno en el país de la nada, en la nada en donde nado hasta salir a la razón y así todos conozcan mi verdadero intelecto. Y mientras me sumerjo y floto en la nada, yo sigo leyendo tus palabras, tus gigantes e impactantes palabras de Octavio Paz.

"Octavio Paz empieza a reflejar sus ideas desde que se ve su profunda mirada"