domingo, 15 de octubre de 2017

Tu ego de fuego


Fuego, fuego
fuego de viento
fuego de brillo
fuego de niño
fuego de boca
fuego de mirada
olvidada en un valle de recuerdo;
sin voz, sin tiempo,
sin espacio, pero conmigo.
Ella existe porque yo la pido,
ella me ve porque yo le grito
en cada sueño mío.

Ella sí: penetrante, profunda,
triste pero nunca vacía.
En cambio él no,
eternamente imposible.
Sus pupilas me ven,
aunque él no deja que se enamoren.
Ellas me queman pero le pertenecen;
él es de otra persona
y yo sólo me quedo consumido
de nuevo por su ego. 

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