Fuego, fuego
fuego de viento
fuego de brillo
fuego de niño
fuego de boca
fuego de mirada
olvidada en un valle de
recuerdo;
sin voz, sin tiempo,
sin espacio, pero
conmigo.
Ella existe porque yo
la pido,
ella me ve porque yo le
grito
en cada sueño mío.
Ella sí: penetrante,
profunda,
triste pero nunca
vacía.
En cambio él no,
eternamente imposible.
Sus pupilas me ven,
aunque él no deja que
se enamoren.
Ellas me queman pero le
pertenecen;
él es de otra persona
y yo sólo me quedo
consumido
de nuevo por su ego.
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