La vida es batalla
(A la muerte de José Emilio Pacheco)
(A la muerte de José Emilio Pacheco)
Dulce
pluma venida del desierto,
ven hoy y entrégame tu talento;
pues siento que estos versos
son minúsculos para tus destellos.
ven hoy y entrégame tu talento;
pues siento que estos versos
son minúsculos para tus destellos.
Soñar
con los amores
que pintas como grandes batallas,
es soñar con lo que existe en la realidad;
bien supiste eternizar tales pasiones.
que pintas como grandes batallas,
es soñar con lo que existe en la realidad;
bien supiste eternizar tales pasiones.
En
la realidad se encuentra tu historia;
mas ahora a ti ya no se te puede ver más.
Castigo es, y que sólo se puede curar
si al soñar aparece de nuevo tu esencia.
mas ahora a ti ya no se te puede ver más.
Castigo es, y que sólo se puede curar
si al soñar aparece de nuevo tu esencia.
Dejaste
a Carlos como máxima herencia,
pero Carlos también te acompaña
en aquél lugar en donde los que son como tú, están;
sea acaso otro recinto como Tenochtitlán.
pero Carlos también te acompaña
en aquél lugar en donde los que son como tú, están;
sea acaso otro recinto como Tenochtitlán.
Yo
sé que convocarte en tu descanso
es una osadía de mi parte;
pero no sabes lo tanto que he de extrañarte,
como todos aquellos a quienes inspiras con tu arte.
es una osadía de mi parte;
pero no sabes lo tanto que he de extrañarte,
como todos aquellos a quienes inspiras con tu arte.
¡Oh,
gran maestro de nuestras letras!,
sueña, sueña, que en los sueños comienza la vida;
no te preocupes por tu país que dejas en tierra,
nosotros nos encargaremos de que vuelva a brillar en sus días.
sueña, sueña, que en los sueños comienza la vida;
no te preocupes por tu país que dejas en tierra,
nosotros nos encargaremos de que vuelva a brillar en sus días.
“Las
más grandes inspiraciones son las que encontramos en la juventud”
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