viernes, 21 de septiembre de 2012

Amarlos


Escrito inspirado en la corriente literaria del Realismo mágico

Amarlos

Luis, amado mío,
que como poeta que en espirales
formó su poesía y compuso versos;
de esa misma forma tú
me haces cada día más amarte.

Recuerdo todavía
aquel día en Coyoacán,
ahí, en donde vi mejor tus tímidos ojos,
y los noté como dos estrellas que guiaban mi caminar.

Porque andando por esas calles
sentí como si el mar me abrazara
y el viento me susurrara: “él es a quien tú amas”;
todo, mientras a tus claros ojos miraba.

Entonces pude comprender
que tus pupilas tan diminutas
me hacían recordar
aquellos tiempos en que idealicé a quién amar,
en aquellos años en los cuales
no encontraba a persona alguna;
sin embargo, hoy sólo sé que a tus ojos yo quiero.

Tus pestañas son largas,
preciosas. Que con verlas me hechizan,
y hechizan mis sentidos, porque ellas son armoniosas
tal como el vuelo de las aves sobre el mar.

Tus párpados, ¡Oh, qué párpados!
de color vivo, de color alegre
que una sonrisa me hacen tener,
y me imagino con ellos
en un futuro donde estemos más que juntos.

Y luego veo ese iris café y tierno tuyo,
y mi tiempo se detiene por un momento;
siento entonces mareas caer
justo en el lugar en donde estamos parados.

Cada que veo tus ojos diminutos, finos
y con párpados frágiles que los ocultan mucho,
yo veo al mundo, al universo;
veo que el cielo se abre para mostrar toda la constelación.

Ahora que los tengo justo enfrente
en este día que no es de día,
sino que es de noche, yo los siento más de frente
pues en un beso los tuyos con los míos
se están acercando para volverse uno mismo.

“Los ojos de lección, como luz de luna, a mi realidad su naturaleza me cuestiona, pero yo únicamente sé amarlos”

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