lunes, 1 de agosto de 2011

Dulce sentimiento
que nos abraza
y nos protege del desamparo,
y nos lleva a nuestro primer contacto.

Dulce el color de tu rostro
de tu linda forma de ser.
Cuando estas conmigo
siento que me derrito en tu sabor.

Dulce tu parpadear
que murmullan mil palabras,
y afortunadamente, de todas ellas,
el "te amo" ya es más que obvio.

Dulce la inspiración que me transmites,
eres todo lo que necesito
para darle a mi escrito
toda la forma de tu ser.

Dulce polvo suave en mi,
sé que es tu personalidad en mis arterias,
que se cuelan al más tierno vivir
para conocerme bien, en lo que yo aún no me doy cuenta.

Dulce tu tenue sonrisa,
purifica todos mis días,
muestra aquello por lo que luchamos
y que atesoramos con mucha felicidad.

Dulce el olor de tu cuerpo,
tu transpirar de frutas,
que en mi boca
se transforma en el objetivo de cada escritor.

Dulce tu forma de pensar,
cavidad destellante de tu parque
de esa luz que se desprende
en un sólo movimiento de neuronas.

Dulce tu querer tan singular,
porque sin duda nuestro cariño,
no es lo mismo que nosotros
porque nosotros, sólo somos uno mismo.

Dulce momento de experiencia
en tus laureles no duermo;
sino que despierto para buscar nuevas cosas,
nuevos misterios de aventuras fabulosas.

Dulce tu abrazo de intimidad
brilla más fuerte que un foco,
pues para ocultar algo
es más peculiar tenernos sin tormento del tiempo.

Dulce cada uno de tus besos rellenos de pastel,
en ellos encuentro una droga especial,
y ya no puedo dejar de acercarme
y mostrarnos otro espacio que pronto hemos de revelar.

Dulce tu presencia,
tengo tu espontaneidad en mi,
y sé que pronto las estrellas estarán ahí
para mirarlas sin fin.

Dulce la luna que es tu casa
te visito en una nave espacial,
porque somos los únicos que volamos para vernos
a otros polos que nadie alcanzaría jamás.

Dulce el sol que alumbra tu llegada,
siempre me anima para verte;
pues me cuenta que todo momento triste
es también una cascada para poder disfrutar.

Dulce tu compañía.
En tan solo imaginarte
comienzo a sentirte muy al frente,
hasta que nuestras voces se plasmen por siempre.

Dulce mi escribir
pues no puedo dejar de dedicarte un verso,
porque justo has llegado
a coronarte faraón de mis deseos.

Dulce como nuestros sentidos,
que gracias a ellos
ambos sabemos que nos queremos
y que nos amamos con extrema delicadeza.

Dulce mi imaginar de un "alguien"
que me incita a un enamoramiento,
donde la perfección
es algo prohibido y utópico que yo pudiera tener sin remordimiento.



"El dulce momento de caminar por las grietas de nuestro amor, ya es puro recuerdo de sensación"



3 comentarios:

  1. Muy bonito poema, realmente esta muy bueno, tan paciente debes de estar para escribir algo tan bello ¿no?. En fin algo que se de ti es que escribes cosas bellas, profundas y por eso siempre leo tu blog, inspirador tu y por eso te deseo lo mejor, serás grande con tu perseverancia así que en eso, yo no me despego de tu página, Adiós.

    ResponderEliminar
  2. Lindo el poema. Sobre todo por la forma en que lo escribis, los mundos que imaginas, las metaforas.
    ¿ Al final esa mujer nunca existio no? Fue todo fabricado por la imaginacion. Imaginacion que a su vez nos incita a manchar con letras las hojas.
    Un abrazo

    ResponderEliminar