sábado, 17 de noviembre de 2012

Rosa del interés

Arbaid es tierra prohibida,
mi corazón a tan difícil terreno
se niega a volver después de tiempo;
mas para esta celebración lo creo necesario.

De palabras lindas eras dotado,
de tu personalidad de confianza
yo no podía dudar, pues felicidad
me hacías sentir con inmensidad.

Eran tus atenciones, y esa sonrisa,
las que provocaban en mí un fuerte huracán;
pues con fuerza movías mis sinceros latidos,
y con mareas fantásticas inundabas mi inocencia.

Pero esto que acabo de describir
poco y poca vergüenza me valió,
pues tú con plan te convertiste en rosa del interés...

Del interés en derramar blancura
sobre el cuerpo de las espinas
para después esfumarte ante las lágrimas.

Arbaid, provocaste el primero
de muy pocos llantos de sangre,
que, acompañados de mi ternura,
fueron paridos y olvidados por tu ser.

¿Qué clase de confianza profesabas?,
pues tú en tiempo y en experiencia
me superabas; pero yo en verdad sufrí
como amante y como hombre fiel a ti.

Tus olvidos y tu desaparición
hicieron y hundieron metal de fuego
en mi todavía joven corazón;
fue más de lo que enterrarme querías sin amor.

Bien, pues mira, interés obtuviste con éxito;
pero, eres un vejestorio del tiempo, pues pasas siendo notado,
ya que esa cara de marciano es muy tuya y tu todo;
que por eso ahora yo me burlo por superarte en intelecto
y en madurez que tú no tienes en tu flácido cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario