sábado, 1 de diciembre de 2012

Rosa de la Luna


Rosa de la Luna,
de tu luz hoy yo contaré
lo que es capaz de hacer,
y de lo que en amores provocas.

Magia y misterio encierras
en tan elegante y penosa persona;
mas sentimiento como ninguno
es lo que llevas en tus venas.

Pues formando hermosos cristales de labios
tú besaste cada una de mis alegrías,
y logrando crear un bosque de vidas,
ocupaste mi corazón y provocaste de amor latidos.

Sí, hechizos lanzaste a mi cuerpo,
pero luego en sombra te convertiste
y por tanto eres toda rosa de la Luna...

De la Luna que me faltó en tu ausencia.
Días viví enterrado en la arena de tu persona,
ahí sufrí, morí, y tú... tú no aparecías.

Contarte es mi deber
de las veces que te extrañé,
y en donde me traté de convencer
que tú esto podrías entender.

No fue así, te faltó valor
para a mi dolor mirar;
porque fuerza no te sobró al conquistar,
pero indiferente eras para a mis lágrimas notar.

Fue así como en ángel me convertí,
y, con la luz del astro
que en puentes indestructibles convierte los amores,
yo entré a tu ventana para arrancar tu corazón.

Y ahora veo que funcionó mi asalto,
pues ya hoy la paloma sin su cuervo quedó.
Tú, que de poeta presumías engalanar,
por tu enana estatura, y mente de niño,
mujer ninguna conquistarás.

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