domingo, 28 de abril de 2013

No fuera el pasado
vil cortina de humo.
No fuera muerte,
el dicho recuerdo.
Tan sólo el presente Clemente,
tan sólo el presente.

Por tantos años,
en víspera del silencio
de Amor y su veneno,
odié el sentimiento.
Tan sólo el presente Clemente,
tan sólo el presente.

En humores no puros
mis ojos secos están;
pues los humores del amor
se perdieron por rencor.
Tan sólo el presente Clemente,
tan sólo el presente.

Ya mis venas se inflaman
de la flama del repudio;
pues adentro se explica
que el corazón enmudeció.
Tan sólo el presente Clemente,
tan sólo el presente.

¡Ay, tan sólo supieran!
¡aquel dolor cómo era!,
peor que la venganza,
¡vivir como cualquiera!
Tan sólo el presente Clemente,
tan sólo el presente.

Mas esa persona mía
siempre santificada por mí,
a sus razones debo vida,
a su corazón alegría.

El odio convertí
en valentía; su coraje,
en ganas de vivir la vida,
pues no soy propiedad de nadie.
Tan sólo el presente Clemente,
tan sólo el presente.

No seré ni tú ni él,
no seré del ser, ese ser,
no seré cuerpo perfecto;
antes mejor mi cuerpo.
Tan sólo el presente Clemente,
tan sólo el presente.

El pasado no olvidado
mejor su instinto domado;
bestia infernal tú,
por mí sigues viviendo.

De mí, todo de mí hoy,
imperio de la Fama
es todo mi cuerpo,
y todo yo soy yo, no más.
Tan sólo el presente Clemente,
tan sólo el presente.

Suspiro, vivo el momento;
así es mi historia
en verso compuesta,
pues ella es mi poesía.
Tan sólo el presente Clemente,
tan sólo el presente.

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