lunes, 9 de diciembre de 2013

A un amor no correspondido y prohibido

No me desdeñes, ángel mío,
con tu mirada inocente,
porque ambos estamos en el mismo lío:
ser víctimas de un amor no correspondido.

No podría decir el pesar que me causa
el verte sin poder decir nada;
pues ante tus ojos estoy en amenaza
de aumentar tontamente mi esperanza.

Estar condenado por un sentimiento equivocado
siempre ha sido motivo de delirio
para este corazón ya tan mudo
de tanto dolor que aún sigue cautivo.

Por eso tengo temor por apenas observarte
y notar que de este juego eres parte,
en que las pupilas con pena danzan
pero que al tiempo se enlazan.

¿Acaso no te das cuenta que tú enfrente
causas que pierda toda mi serenidad?,
me vuelvo un ave torpe sin horizonte
cuando con tu viento soplas frialdad.

Palabras tan improvistas 
las que de un momento a otro
me expresas con decoro,
y que yo respondo con torpezas.

No pienses, felino tierno,
que si cortante te contesto
es por descontento;
bien sabes que por ti mi razonamiento es lento.

Y aunque crea saber tus secretos,
lo que nunca sabré es cómo impresionarte,
más que las dianas del monte
que para ti son tus únicas consortes.

¿Cómo competir contra un gusto definido?,
tú bien sabes lo que quieres en el mundo;
por ello es que aunque mi sentimiento sea profundo,
éste debe morir sin ser por ti conocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario