domingo, 11 de noviembre de 2018

En una noche
mi cuerpo podrá ser placer
de tu insaciable boca de hombre,
pero al amanecer
mi vida estará otra vez libre.

No creas que mi mente
puedes poseer
por un instante mirarme fijamente.
Dudo que mi piel extrañe
las caricias de un ayer
tan efímero como tu sed.

Escucha mis alas desplegarse
en cuanto el sol toca nuestras frentes.
Yo soy a la poesía
y la poesía es aquella que poseían
mis labios
en cada beso, abrazo, palabra y bocanada
cuando a tu cuerpo se acercaban.

Pero ahora vuelo con el verso
para bordear
suavemente el viento
y así acariciar
esta vida que me mira.

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