miércoles, 28 de noviembre de 2018

La poesía vuelve a mí
cuando el tiempo es extraño.
Sus cálidas alas me rodean
para no perder ningún sentimiento.

La poesía entiende mis dolores
y también mis alegrías.
Si ella ve que me empiezo a enamorar,
me suelta como un avecilla para volar.
Si observa que la caída es inminente
se arroja hacia mí para atraparme
y alzarme al nido donde he de renacer
una y otra vez, entre versos de noche.

La poesía me inspira, me hace fuerte
pese al llanto y al suspiro ausente.
Ella no duda que un día
pueda esa vida conquistar:
Que en mi alma entre y salga sin cesar
el poema y su belleza sin igual.

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