martes, 2 de octubre de 2012



Que de los ojos de lección
que como luz de luna
a mi realidad
su naturaleza me cuestionaba,
hoy, sin más, en el olvido están.

Fue su conocimiento, el que, sublime,
destruyó la posibilidad de amor.
A saber, que la literatura, el latín y más otro
fueron los que despedazaron todo nuestro sentimiento.

Desterrado, odiado, repudiado,
ya vete de mi corazón;
pues ¿de qué me sirve tiempo esperar?,
si por amar quería a tu lado estar.

Sí, en el latín serás el mejor,
conocerás verba y coherencia y más;
pero, por el contrario, en el amor eres el peor,
y te aviso, los romanos también sabían amar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario