viernes, 15 de marzo de 2013

Y como la Luna vio que esta historia era muy esplendorosa, mandó que yo escribiera en este libro unos versos que dicen así:

Mis ojos son el principio y la fuerza de la ola,
son los rayos del sol en medio de la nube,
son la soberbia del ángel caído que desciende sin alas,
es el llanto y la felicidad del que al amor sube.

Mis ojos ven para amar
y odian el parpadear;
sostienen la mirada de sangre
porque el sentimiento quieren experimentar.

Así, retar con mirada es característica masculina,
gustar con observar es razón femenina;
retar y gustar es diversión de caballero,
pues en su mirada incita a fundir el acero.

Unos podrán acusar de extraña mi mirada,
otros de fuerte, que a los sentidos intriga;
mas del modo que sea el cadáver, será sombra, nada,
y en nada convierte el deseo de querer cegar.

Caballero de los Ojos Malditos me considero,
de misterio es el universo de mis pupilas,
motivo por el cual yo sí por oblicuos tengo flechas,
que a los hombres atrapan e incendian sus miradas.

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