domingo, 24 de marzo de 2013

Y como la Luna vio que esta historia era muy esplendorosa, mandó que yo escribiera en este libro unos versos que dicen así:

Cristo soy,
en Cristo me convierto,
de Cristo nada porto;
sólo un ser, ser intento.

Vine al tiempo con tiempo,
soy nada y en nada vivo;
luego bien pienso que soy dos,
y no soy uno ni otro menos.

Hay laberintos en mi caminar,
unos con obstáculos frágiles,
otros sólo intentan ser tan naturales;
yo me pregunto, ¿en cuál de todos debo andar?

Canción interna de la razón,
luego palabra fugaz que vuela,
al chocar con el sentido
su chispa incendia mi percepción.

Escritor soy y luego humano,
algunas veces ninguno de los dos;
disforme, conforme, torpe, demente,
sensible, triste, amable, pero siempre Clemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario