domingo, 8 de abril de 2012

Mi mundo


Cómo recuerdo ese momento, yo iba volando con unas alas hermosas de ángel, el viento tocaba mi cara y sonreía, era libre de cualquier sombra, bajaba al agua para contemplar el hermoso paisaje. Había un bosque verdoso y lleno de gotas por esa fresca lluvia de ayer.

Pensaba que era hora de saltar, pues quería tocar el pasto húmedo y tierno. Sabía que nada de esto era una ilusión, en todo lugar había silencio y tranquilidad. En ese momento comenzó a llover y a caer truenos.

Fuí a esconderme a una cueva y encontré una hermosa espada. Raramente terminó de llover y las flores crecieron, esta vez, más lindas que antes. Vuelvo entonces a caminar y extrañamente encuentro un escudo tirado, tomé el escudo y seguí disfrutando el paisaje por horas, parecía que aquí el tiempo jamás pasaba.

Tenía ganas de correr, gritar, jugar, tenia el poder de la libertad. La niebla se alzaba por la lluvia tan inmensa que había caído, pero una tormenta nuevamente comenzó a descender.

-Ya había llovido-me dije extrañado.

Sin ninguna razón, mi cuerpo empezó a flotar, el bosque comenzó a borrarse poco a poco. Un gran resplandor iluminó todo y terminó la tormenta.

Estaba entonces en un lugar vació, mi cuerpo bajó y comencé a trasladarme en ese espacio blanco, sentía una pelea contra la desesperación por encontrar algo. Daba vueltas y vueltas, pero no había nada, decidí entonces controlar esa desesperación, por lo que caminé tranquilamente, pero me dio sueño y me acosté.

Poco después oí una canción muy cerca de mí, así que desperté y corrí hasta ese sonido, entonces encontré un pequeño, pero hermoso violín; me agaché para tomarlo y al fijar mi mirada abajo, vi cómo me reflejaba completamente en el suelo. Cuando levanté la mirada vi el comienzo de un extenso camino, me refiero a un laberinto enorme; tomé el violín y entré en dicho lugar.

Después de tanto caminar llegué a un lugar con muchos edificios, carros y gente; parecía ser una ciudad. Ahora me daban ganas de retornar al lugar blanco y solitario.

A lo lejos se oían disparos de asaltantes y policías, por el comienzo parecía que no había nada dulce en ese mundo. Vi un mapa de ese lugar (parecía una guía), seguí caminando y la gente parecía creerse grande junto a mí, entonces un señor me gritó:

-Ey niño, toca una canción con tu violín.-

Toqué como pude el violín, cuando acabé la gente comenzó a reírse, habían cambiado completamente.

Los ignoré y seguí caminando, pero me sentía congelado y a la vez caliente (de furia); parecía que esas risas me habían lastimado de alguna forma. Comenzó a nevar y a lo lejos oí una voz francesa que decía J´en ai marre, por el poco francés que sé, parecía decir “Estoy harto”.
Entonces me dí cuenta que esas palabras definían mi estado de ánimo, y pensé:

-Si toco diferente el violín, es mi forma de ser, eso representa mi mundo.

Me levanté, y entonces dejó de nevar, salió una gran nube hermosa, y otra vez me dio sueño; sin embargo no tomé en cuenta mi estado físico y seguí caminando.

Adelante estaban haciendo una construcción, había mucha arena; bueno, almenos parecía que me iba acostumbrando al mundo, creo que veía todo con gran luz. Pero en ese momento, sin darme cuenta, me dieron un balazo en mi pecho, comencé a ver doble a la gente; poco a poco desangraba más, una oscuridad absoluta nubló mis ojos.

Tras esto sólo escuché a auto con un ruido extraño, sentí que dos personas me levantaban de esa tierra donde mi sangre se derramaba.

Tiempo después desperté y parecía que dos flechas se habían clavado en mí.

-Voy a vivir, voy a ser feliz, tengo que regresar a mi mundo-Dije con las pocas energías que me quedaban.

En la ventana, a lo lejos, veía burbujas que subían lentamente desde abajo.

-Quisiera sentir el agua en contacto con mi cuerpo-me dije tranquilamente.

Pensaba  que no había equilibrio en este mundo, mientras tanto sentía a la muerte atravesando mi cuerpo, aun así, tenía una gran sonrisa.

Ahora estaba muerto, oía una gran ola muy cerca de mi, me atreví a abrir los ojos y estaba una vez más en mi mundo.

-Vaya otra vez soy libre,ahora puedo ir y hacer lo que quiera.

Vi en el suelo el escudo y la espada que había guardado anteriormente.

-Ahora ya no tengo miedo de nada, soy fuerte mentalmente.-

Corrí al mar y me aventé sin ningún temor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario