domingo, 8 de abril de 2012

Mi mundo


Cómo recuerdo ese día, pensaba que había alguna esperanza en este mundo, pero las olas ya estaban secas, podía ver a través de los bosques, ya no había árboles.

El equilibrio se estaba acabando poco a poco, las burbujas que usaban para anuncios publicitarios ya no se veían en la calle, la gente moría, parecía que les habían lanzado con un arco varías flechas. La tierra estaba cubierta de sangre, las parejas ya no podían vivir en dobles, la oscuridad reinaba completamente, y no me refiero a la noche, yo me refiero a los sentimientos de los humanos.

Ya no había nada de luz, solo algunos humanos la tenían; el reloj de arena parecía nunca acabar y ahora quería vivir en un sueño mío. Las nubes ya no eran blancas, ahora tenían el color gris de esa contaminación; las casas con candado, ya no había paz en ningún lugar.

La nieve caía cuando quería, ya no tenía un momento fijo, el fuego era cada vez más repentino y el hielo se iba hundiendo con decepción.

-Yo me voy a cambiar-Me dije preocupado.

Comencé a pensar en mi propia forma de huir, quería un mundo grande, algo dulce, sin disparos de gente tonta, yo quería ir a otro mundo.

Cuando salí de casa era todo un laberinto, pero aun así, no me quería reflejar como un espejo con esa gente. Veía a las parejas besarse con hipocresía, el amor que alguna vez creó Dios, ellos lo habían extinguido por completo. Los pequeños animales estaban solos y muriendo lentamente.
  
El sueño ya no era una cuestión de descanso, sino de problemas y conformismo, daba vueltas y vueltas pero sólo veía la misma porquería de humanos. Todos se peleaban para arreglar problemas, se desangraban y el ganador presumía su “fuerza”. Me movía, pero no había salida; en ese momento regresé a mi casa.

-Vaya que muerte hay allí afuera-me dije con cansancio.

Me recosté y un resplandor salió en ese momento, se borraban entonces las imágenes que había visto. Estaba flotando hacía otro mundo.

Una gran tormenta azotaba ese mundo nuevo, la niebla subía pero tenía un olor fresco.

-Es el poder de mi mente-Dije seguro.

El tiempo no parecía pasar en ese lugar, ese mundo parecía un escudo, las flores eran hermosas: tenían un olor natural. No veía armas, ni una espada por lo menos, y extrañamente había truenos, pero reinaba el silencio, no había ni un solo grito de miedo.

-No es una ilusión, ahora puedo estar lejos de esos hipócritas, tontos, asesinos. Aquí no se escoge una pareja por el físico, sino por los sentimientos, nadie se subestima y puedes tener la atracción sexual que gustes-.

En ese momento desperté, parecía que había saltado. Se oían gotas de lluvia afuera.

-No era un sueño, era un viaje por mi mente; tengo que regresar a ese hermoso bosque.

Salí de mi casa y dejé que el agua cayera sobre mí, en la calle sólo estaba mi sombra.

-Yo y  mis ideas locas-.

El viento soplaba fuertemente en mi cara, parecía que estaba volando en lugar de caminar.

-Soy libre-Me dije mientras veía al cielo y sentía las gotas de la lluvia mojando mi rostro.

1 comentario:

  1. Hola Clement. Muy bueno el relato. Te felicito! A veces es mejor cerrar los ojos para encerrarse en la propios sabores, en los propios olores, en los propios sueños, en la propia musica. Lastima que despues hay que despertar de nuevo y volver a ver la triste cara gris de la ciudad. Te mando un abrazo y que tengas buena semana.

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