miércoles, 6 de junio de 2012

Corazón campeador

Perdoné que mancharas mi sangre con tu poder, ¡de hecho!, me desterraron de tantas mentes cuando fui fiel al amor que me abrazaba en ese momento, pero los celosos conquistaron las ruinas de mis tantos amores. Unos murieron de cansancio, otros, me aventaron a un pozo de lágrimas, también me engañaron y se aprovecharon de mi lealtad.

Siempre me entregué a esas partículas de vida que gozaba tenerlas enfrente, mi honor lo compartí junto a tantas manos, y día y noche cuidaba el cable que nos conectaba a otro sentimiento. Y sin embargo, mi persona... Sí, se rieron de ella, me humillaron, me usaron, me destruyeron, me hirieron y llenaron de púas mi corazón.

Pero hoy es algo diferente, mientras él en su ausencia el tiempo se lo comía ¡Yo arranqué con fuerza los picos que cortaban mi vida! Pues de magia llené mis venas heridas, aprendí tantas cosas de unos tantos que tantos no los comprenden, me volví fuerte en la estrella que guarda (sólo para mí) una montaña de paciencia, ¡Y destruí los malditos palacios que esos bellos, pero cobardes, hicieron en mis tierras!

Sí... saciado de mi poder ya estoy, y ahora yo me amo como ningún vivo o muerto me puede o pudo haber amado, ¡Ahora yo hago mi propia felicidad! ¡Sí, le di forma, la elaboré, y ahora, es indestructible ante todo! Las personas ya me tienen respeto, me admiran, y claro, como siempre, me siguen teniendo miedo, y me envidian, me envidian mucho. Mi persona ya tiene la resistencia para poderse enfrentar a todos, ellos me besarán los pies y manos; porque yo, yo sor mejor que ellos, por tener algo que jamás tuvieron, y ni tendrán... Es la sed de superarse.

En mi tan amado reino no reino yo, reina la felicidad, paciencia e inteligencia. Ellas llegaron hasta mí porque sólo un comandante los llevó a la victoria, y ese fue mi pequeño, pero valiente corazón.

"Ama a tu corazón, más de lo que has amado a esas palabras de amor"

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