sábado, 25 de junio de 2011

Cuando el tablero me señalo 
sabía que era mi turno para brincar,
era tiempo de saber que había tiempo
y no fallarme al momento de saberlo


La felicidad se manifestaba en las cuevas,
entonces las plumas caían del cielo.
Y en un paraíso no muy lejano
las copas de mi derretimiento sólo buscaban paz


¿Alguien entenderá esto?
Yo entiendo que él recorre mi silencio,
porque he hervido el manantial de mi amor
para suspender eternamente al sol


Nuestro grito tiene eco,
eco que acorta un verso;
pero que ese verso no doblega mi emoción
para verte morir sin temor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario