jueves, 7 de julio de 2011

Canción de felicidad eterna
a veces de soledad mutua.
Estas entre mi existencia
y mi personalidad.

Canción de voz suave,
es tenue como el mar,
dulce como la calidez;
eres animosa y a la vez dudosa.

Canción superflua
expresa mil formas de vivir.
De ser lo que me prepara
y de lo que no entiendo del ahora.

Canción debajo de la luz,
las notas se perfilan en ti,
iluminando otra página que escribí;
que ahora experimento con bastante lentitud.

Canción detenida,
lo que se duda de mi
es lo que en verdad soy,
pero que muchas veces no he analizado.

Canción de las aves.
En esa antigua Roma
es ahí donde creceré,
cuando vuelva a renacer.

Canción sin prisa,
no quiero llevar gran velocidad,
no quiero dudar,
no quiero ser, lo que no resulta ser.

Canción de las rimas.
Pienso en ellas,
en que son un tipo de cuestión,
pero no de filosofía.

Canción que se pierde,
pues la neblina cubre hasta el último rincón
de lo que olvida alguna vez,
y que se va convirtiendo en desenvolvimiento.

Canción triste
no sabría cual es mi vocación.
Pues ahora caigo en muerte
y me consume la vida solemne.

Canción confusa
la melodía se inhibe;
y se lleva la tierra donde yo entiendo
que ahora aquí, ya no tengo lugar de recuerdo. 



"La canción me guía a posibles caminos de uniones indecisas" 



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