sábado, 28 de enero de 2012

Día de la verdad

Fue la vida una señal clara
para que el tiempo con su paso
a sus símbolos me mostrará ,
y a tú esencia la convirtiera en mi fiel guía.


Se mostró la voz que con su canción
a nuestros oídos hacen extasiar,
provocando así un verdadero amor,
de ese que se hace presente en nuestra relación.


Todo en ese día fue bien construido,
tú presencia estaba todo el tiempo.
Y a mi corazón le hizo saber
que de verdad estabas conmigo.


Entonces fue la música clara y tersa señal
de que nuestros sentimientos
en forma de esponsales se tornan,
para subir los recuerdos al trono de nuestra felicidad.


La cara de ese día
era una revelación nueva del mundo,
pues tú sin siquiera estar,
con tu fuerza de esencia
le dabas continuidad a mí experiencia.


Los sentidos de este hombre así pues,
se convertían en el pregonar de tú amor.
Reflexión y pensamientos se vertían en mi mente,
mas del amor no dudé, pues sé que su definición somos tú y yo.


Las horas pasaban mágicamente,
sorprendido yo, dejé que tú presencia
me llevará por todas esas señas,
y me encontré con el sabor de tu fe.


Fue entonces esa clara señal de la vida
por la que mis lágrimas al monte del ánimo
vio un río desembocar por su falda rocosa.
Y sea esta fría o sentimental,
ese día de la voz y el relato
tomaste forma como el ser elemental
que guía a mi vida por su importancia fundamental.

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