jueves, 22 de diciembre de 2011

Declaración de las maravillas


Mauricio es a Clemente
como Clemente es a Mauricio,
no es un pecado entonces tenerte siempre en mente.

De la escena en que te conocí
poesía realmente viví,
pues tú eres la carta perfecta de la revolución en mí.

Eres tú quien crea la inmensidad de mi naturaleza,
pues tu hermoso sentimiento
no tiene cautiverio alguno.

Por esto mismo te digo felino mío
que tus ojos me hipnotizan,
pues con esas pupilas que como centellas
crean en mi cara un hermoso camino de felicidad,
cautivas a mi ser, tal cual jardín bello.

Idolatrado de mis pasiones
eres eterna majestad de mis pasos;
porque mientras yo camino por veredas solitarias,
siento tu sombra bailar con las orillas de mi piel mojada.

Tú creas coros bíblicos en mis oídos,
eres fuente apetecible de mis latidos,
tienes poder y orden bajo cada uno de estos versos.

Astro de mis manos juntas
yo sé bien que un poema como este
no es para nada suficiente
ante nuestro tremendo amor, el cual es similar al monte celeste.

Yo por eso correspondo a tus actos profundos,
esos que me abrazan y que como torbellino de destello,
levantan las estrellas del suelo
y bajan las llamas del cielo.

Muñeco fino de palacio único
yo en sueños y desvelos
aclamo con un grito de desespero
tener tus labios masajeando mi boca.
Y es que con tu suculenta lengua
creas sabor más humano, como ninguno otro en este universo.

Y eres similar a Visnu, el cual conserva la vida terrestre;
porque en mares eres frecuente,
y con soplidos de viento creas pasión con armonías ferviente.

¡Oh Cisne mío de la noche intensa!
yo por tu danza daba hasta mi existencia.
Es que tus pasos a este misericordioso loco
le crean simbolismos hermosos,
y con tu plumaje intenso y obscuro
creas escenarios más que amorosos.

Corona de perlas irremplazables,
irremediablemente tu estructura
nunca será comparable a ninguna otra,
pues de tu mármol puro, se creó la escultura más perfecta.

Mauricio Alejandro, eres tú todas las Bellas artes:
Tu amor es la pintura más expresiva,
tu cuerpo es la poesía más misteriosa,
tus ojos la escultura más realista,
tu cara es la arquitectura más fantástica,
tus manos son la danza más folclórica,
tus movimientos la película más real
y tu voz es la música más armónica para escuchar.

Cáliz del silencio
y flecha del tiempo.
Con tu barroco logras mucho más que todo esto,
pues del papel pasas al actuar en cada momento;
por eso, yo con estas palabras, te imploro dueño mío,
sepas considerar a este lobo sediento de tu lindo sexo.

Y sí, loco podrán decirme y verme,
más estar así por ti, es todo un orgullo de guerrero;
ya que por un hombre como tú,
uno en el campo de batalla grita al principio y al final:
¡Te amo!, sin renunciar a lo demás.

Y mira que tu olor, tus manos, tus labios,
tus ojos, tus orejas, tus pestañas,
tus cejas, tus piernas, tu cuerpo entero,
son el medicamento y la droga perfecta
del cadáver que alguna vez existió en este cuerpo.

Y por esto caballero mío, yo te proclamo total soberano
de este ser que ya es todo tuyo.
Mauricio, yo te nombro total e iluminador emperador,
conquista y reconquista cada gramo de mi mundo,
porque cuando las cosas se hacen con pasión y corazón
se es dueño de todo el universo;
tal y como en el mío, tu eres absoluto Dios de este glorioso amor.

“Cuando mires al tiempo piensa en el tiempo, cuando mires mis ojos, piensa sólo en nuestro dulce y bello amor”

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