martes, 13 de diciembre de 2011

Olor tercero. Del sufrimiento y la melancolía.


Nunca había experimentado
una inferioridad tan impactante,
y un mareo
que me hiciera caer de lo débil que estoy.

¿Por qué me has dejado?
¿Por qué tomaste una equivocada decisión?
¿Por qué ahora el viento no me regala un fresco aroma?
¿Por qué me estas dejando morir?

No soy superior a nadie en belleza;
soy de hecho, un punto muy fácil de borrar,
y el mundo navega a contra de lo que pienso,
pues la piel es la que lo puede todo en esta vida.

¿Por qué yo no puedo tener a nadie?
¿Por qué mis amigos sí se han llenado de placer?
¿Por qué yo sí sigo siendo, pero no soy nadie para los demás?
¿Qué debo de maquillar o empezar a cambiar?

Todo el tiempo siento que me derrumbo,
he dejado de ver la claridad del cielo.
El invierno ahora azota mi exterior, y
en la casa de mi cerebro, hay lágrimas que no se han secado jamás.

¿Por qué los que lo tienen todo no valoran el conocimiento?
¿Por qué yo tengo que caminar con sangre en mis pies y sin quejarme?
¿Por qué los que tienen un lugar cerca de su escuela no lo valoran?
¿Por qué los de mi edad no toman en cuenta a la pobre sociedad que también
los llega a rodear?

Yo realmente no habito en ningún lugar,
dependo del dolor para sobrevivir;
y como a un país que no tiene derecho a hablar,
tengo que callar para otorgar mi vida.

¿Por qué los demás se han realizado?
¿Por qué me has ahorcado el corazón?
¿Por qué sigo creyendo en el amor, si no me ha dado respuesta?
¿Por qué llego a volar con una piedra que no expresa nada?

Es un laberinto toda mi vida,
no encuentro la salida; y la verdad, ya no la pienso buscar.
Es un mundo bizarro donde la sangre
demuestra el interior de mis enormes heridas.

¿Por qué la luz de mi nacimiento tiene un color negro?
¿Por qué se le va la vida en un hospital?
¿Por qué maltratan y pisotean su personalidad?
¿Por qué no tengo un héroe que me enseñe cómo deben ser las cosas?

No hay un plan asegurado en esta aislada vida,
somos sólo dos que buscan otra vez la verdad;
pero esa verdad
se ha olvidado de nuestra existencia,
y ahora se divierte colocándonos en una eterna amargura. 


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